El Málaga se ahoga en la orilla

El Málaga CF sumó un punto importante pero que sabe a poco en el partido ante el Granada en La Rosaleda. Un golazo de Rubén Castro en la primera parte acabó obteniendo respuesta de Callejón tras el descanso y los de Pepe Mel, que buscaron con ahínco la portería de Raúl Fernández, no lograron volver a adelantarse en el marcador. Sabor agridulce por la cara que dio el equipo, que acabó ahogándose en la orilla, con la decepción de no llevarse una victoria que parecía merecida y más aún sabiendo que el próximo rival, el Ibiza, consiguió sumar su triunfo.

Una primera parte para soltar lastre

Presión muy alta del Granada, al Málaga le cuesta pasar del medio campo. Parecía que le quemaba el balón, la sensación era que les daba tanto miedo fallar que cometían errores no forzados y perdían continuamente la pelota en jugadas fáciles.

Conforme pasaron los primeros 15 minutos, el cuadro de Paco López comenzó a acercarse a la portería de Yáñez y a perdonar ocasiones claras que podrían haberle dado la ventaja en el luminoso y ponerles el partido de cara. Por fortuna, el meta catalán estaba inspirado y se hizo gigante para sacarle a Uzuni dos mano a mano.

La primera llegada con criterio del Málaga fue una ocasión de Febas en el 26' que acabó atrapando Raúl Fernández. Al menos el '10' se atrevió a probar suerte tras un buen pase de Issa. Le había costado a los jugadores entender la idea de Mel, pero parecía que empezaba a cuajar.

Pasada ya la media hora de juego, Rubén Castro lo intentó y se quedó de nuevo el meta nazarí la pelota y, apenas segundos después, el propio delantero canario probó de nuevo desde fuera del área y con un tremendo derechazo subió al marcador el primer tanto de la noche. Issa volvía a estar presente en esta acción dándole la asistencia.

El descanso llegaría sin que el Granada consiguiera apretar las tuercas y con el Málaga con la moral alta, capaz de robar pelotas y de encarar.

Peleón, pero sin premio

Empezó con intenciones el Granada la segunda mitad, consciente de que no podía dejar escapar los puntos en La Rosaleda. Pero el equipo blanquiazul no iba a dejar que eso ocurriera con facilidad e intentaba taponar los boquetes y aguantando embestidas de todos los tipos, sacando balones en tres cuartos de campo y con un Escassi excelso en la posición de central.

En el 62', Callejón subió el empate al luminoso de La Rosaleda. Otra vez un despiste en defensa de los blanquiazules, nadie fue capaz de subir a presionar a los nazaríes tras una larga jugada que finalizó de la peor manera posible. Ahora sí que tocaba apretar y luchar por seguir sobreviviendo en la selva en la que iba a convertirse el partido.

Recompuso Mel a los suyos con la entrada de Loren, lanzándose a por el segundo. ¿Arriesgado? Sin duda. Pero debió pensar el técnico que quien no arriesga, no gana. Y su Málaga necesitaba ganar.

Así, se metió en el área rival casi a tiempo completo, enlazando córners, buscando amenazar a Raúl Fernández. En los alrededores del minuto 80, Loren cayó derribado en el área y Gálvez Rascón indicó penalti sin dudarlo. Se acercó sin embargo a la pantalla del VAR tras ser avisado y amonestar a Manolo Reina -en el banquillo- con una amarilla por protestar y después del visionado, acabó anulando su propia decisión.

Los nazaríes aprovecharon la incertidumbre para tratar de desmontar al Málaga, aunque los de Mel no se dejaron achicar. El larguerazo de Callejón fue el gran susto en el descuento y los blanquiazules lo intentaron de todas las formas posibles bajo la intensa lluvia que comenzó a caer sobre La Rosaleda. El gol no llegó, pero la afición quiso agradecer de algún modo la forma de luchar de los suyos. Pocos fueron los que abandonaron sus asientos a pesar del agua que arreciaba en Martiricos.