La última jornada de LaLiga Smartbank ha dejado mal parado al Málaga en su lucha por mantenerse en la categoría. La derrota en el último minuto de los blanquiazules en Los Cármenes, junto con la victoria del Racing frente al Andorra, deja en una mala situación a los malaguistas. Por ello, el siguiente duelo en La Rosaleda entre los de la Costa del Sol y los cántabros adquiere una relevancia todavía más grande.
La distancia entre ambos conjuntos es de ocho puntos lo que prácticamente obliga a los de Pellicer a conseguir la victoria. Un empate o una derrota dejaría muy cuesta arriba la salvación, no solo por cómo quedaría la clasificación, sino por el bajón anímico que habría en los malacitanos. Cabe recordar que los de Santander marcan la permanencia en la categoría de plata.
Ante esta situación, máximo estrés para la parroquia del Málaga ya que el próximo partido puede marcar, para bien o para mal, el último tercio de campeonato. Una temporada que está siendo muy complicada de llevar para la afición ya que confiaban estar en los puestos de arriba tras la decepcionante 21/22.
El entrenador confía en revertir la situación y se mostró con confianza a la finalización del partido contra los granadinos: "Es un día duro, también por la afición, pero aquí no baja nadie los brazos. Es un año de supervivencia. Creo que jugando como hoy vamos a estar cerca de poder luchar hasta la última jornada". Y sabía de la importancia del próximo choque: "Con lo de hoy no nos ha llegado, pero tenemos que pensar en el próximo domingo, que es una nueva final".
El técnico ya sabe que no podrá contar con la presencia de uno de los pilares en el once, Aleix Febas. El catalán fue amonestado en el minuto 67 y supuso su quinta en lo que va de temporada. Por ello, Pellicer deberá encontrar un reemplazo que cubra la baja del jugador de cara a esa importante visita del Racing.