El Málaga se medirá este sábado a otro rival descendido y sin nada en juego. Lo noticiable será más lo que pueda ocurrir en la grada y antes del encuentro con una manifestación convocada por peñas para protestar por la gestión del club andaluz.
El equipo malagueño, con 43 puntos en la decimonovena posición, quiere, al menos, acabar en ese mismo lugar la campaña, ya que la Ponferradina es el único que le puede superar, por lo que buscará una victoria que apacigüe algo los ánimos, aunque la afición está muy enfadada y pide ceses y dimisiones, sobre todo del administración judicial, José María Muñoz.
Además, será la despedida de la mayoría de la plantilla, a excepción de cuatro jugadores, el defensa Juande Rivas, el guardameta Manolo Reina y los centrocampistas Genaro Rodríguez y Ramón Enríquez, aunque tampoco es seguro de que continúen la próxima temporada.
Incluso el entrenador, Sergio Pellicer, con una temporada más de contrato, no tiene segura su continuidad, aunque el nuevo director deportivo, Loren Juarros, ha dicho que cuenta con él.
Pellicer tendrá varias bajas para recibir al Ibiza, como las de los centrocampistas Lago Junior y el senegalés Alfred Ndiaye y la del defensa Julián Delmás, todos lesionados.