Uno de los pilares del proyecto del Málaga más joven de las últimas décadas es Daniel Lorenzo Guerrero (Marbella, 2003), un talentoso centrocampista del que se espera mucho esta temporada. Él sabe que las expectativas a su alrededor son altas y que le queda mucho por demostrar. Habla de ello con naturalidad, autocrítica y humildad.
Se sienta con ElDesmarque en las gradas de una Rosaleda muda para dejarse conocer mejor. ¿Quién es ese chico introvertido que porta el '22' de su admirado Isco? Es, por ejemplo, uno de esos pequeños malaguistas que lloró por la eliminación en Dortmund. Es uno que sueña con hacer historia en el Málaga. Preguntamos por todos los flancos. Responde a todo con una madurez impropia de tener 20 años.
- ¿Qué conclusiones saca del empate ante el Córdoba?
No fue nuestro mejor partido con balón, a nivel de templanza. No estábamos finos, pero aún así competimos bien. Yo sentí y siento que no damos ningún partido por perdido. Lo dimos todo y fue un puntito que nos viene bien para seguir en la pelea, aunque nosotros obvio que siempre vamos a por la victoria.
- Jugó en una posición más atrasada. Más que filtrar pases al delantero, tuvo que robar balones o salir desde atrás. ¿En esa zona del centro del campo se le limitan sus cualidades creativas?
Yo tengo que adaptarme al rol que me toque. Por supuesto, me gusta llegar al área y ser imaginativo. Inventar cosas. Pero yo soy capaz de hacer también la otra función. Además, esa semana se juntó todo, con las lesiones y todo, si me toca un rol más defensivo y partir más de atrás, pues estoy dispuesto a lo que me digan.
- Un entrenador suyo en alevines, Juan Díaz, nos dijo: “Para mí, Dani es como meter en una coctelera al mejor Busquets, al mejor Xavi y al mejor Iniesta. Defiende y da equilibrio como un 6 (Busquets), organiza y dirige el equipo como un 8 (Xavi) y tiene la chispa, la calidad y la anarquía de un 10 (Iniesta)”. ¿Se equivoca en algo?
Juan me quiere mucho (risas). Salvando las distancias, porque él me pone por las nubes, yo creo que siempre me he considerado un jugador de equipo y también con ese fútbol imaginativo, de jugar en la calle con los amigos. Con el paso del tiempo, el rol de adaptarme también a la defensa y ser más disciplinado, sí que me siento bien representado por eso. Yo sé que tengo muchísimo margen de mejora.
- El otro día le tocó ser más Busquets, entonces.
Sí, sí, ahí está (risas). Durante el partido hubo muchas facetas, en la primera parte me tocó estar con Genaro de seis y de ocho, luego en unos minutos de partido adelanté más la posición, luego me tocó otra vez retrasarla… Pero sí que me tocó ser más defensivo.
"El descenso desde fuera se sufre más porque no puedes ayudar. Eso era más impotencia todavía. Con el tiempo, asimilas que esto iba a ser así y lo vi como una oportunidad"
-Pellicer le exige muchísimo. En cada partido se dirige mucho hacia usted, con instrucciones y alguna que otra riña. ¿Cómo es su relación con él? ¿Qué está aprendiendo como futbolista este año?
Mi relación con él es muy buena. Nada más llegar, me lo comentó, que me iba a exigir mucho. Soy joven y tengo mucho que demostrar y él me quiere sacar el máximo rendimiento. Agradezco que me exija. Es verdad eso que dicen de “preocúpate cuando no te digan nada”. Cuando te lo dicen es porque confían en ti. Yo lo asumo con total responsabilidad para seguir creciendo.
Este año estoy aprendiendo a adaptarme a más posiciones: en banda, ahora más retrasado, a veces más de mediapunta… Esa adaptabilidad, conforme vas cogiendo la confianza, me hace ser un futbolista más apto para cualquier posición. Eso para un equipo es importante. ¿Que falta un ‘6’? Estoy yo. ¿Un mediapunta? Estoy yo. Te vas haciendo bueno en otras posiciones que no son tan cómodas hasta que se te hacen cómodas.
- ¿Cómo gestiona la presión y las expectativas? Afición y prensa quieren ver más de Dani Lorenzo. ¿Qué siente al jugar delante de 25.000 personas?
Yo lo llevo bien. Es verdad que empecé a buen nivel la pretemporada y el inicio de liga, pero tuve un periodo de perder sensaciones. Al final esto son estados de forma y muchas veces, no sabes por qué, pero no empiezas a estar tan cómodo. Y buscas la manera. En los entrenamientos, poco a poco, fui recuperando la confianza.
¿La presión? Yo la llevo bien porque he jugado aquí varias veces en otro años más complicados y eso me hace estar más preparado para los momentos difíciles de este año. Todo lo que viví en años anteriores me sirve para tener esa personalidad de decir: vale, esto no te puede superar, esto tiene que hacerte más fuerte.
- Quizá el mejor Dani Lorenzo se vio en el debut en casa ante el Atlético de Madrid ‘B’. ¿Ese es su techo? ¿O su mejor nivel está todavía por llegar?
Estoy de acuerdo contigo, sí. Ese fue mi mejor partido. Pero para nada, para nada. Tengo mucho para dar aún. Tengo muchas ganas de dar mi mejor versión. He tenido partido buenos y otros no tan buenos. Pero sé que tengo mucho más para aportar y mejorar. Los goles, las asistencias, los números, defensa, finalizaciones… Voy por buen camino, pero todavía no he dado lo mejor de mí.
- Loren Juarros le puso como ejemplo de canterano al que “todos deberían parecerse”. Esa confianza que depositó en usted, ¿es la misma que tiene con su proyecto de Málaga?
Por ahora, lo que nos transmite al grupo es una confianza total. Yo la siento y es mutua. En la reunión que tuvimos en verano me comentó su idea de proyecto, me preguntó por mis sensaciones para este año, que le comentara cómo me fue en Mérida. Yo le comenté las ganas que tengo de que este sea mi año y mi ilusión de poder hacer algo con el equipo de mi tierra. Esa naturalidad y convicción que yo tengo por hacer las cosas bien es lo que yo creo que le llamó la atención, a lo mejor.
- Han pasado once jornadas y el equipo está a cuatro puntos del líder. Llegan las lesiones y a otros les toca dar el paso. ¿Hay plantilla para aguantar este ritmo durante todo el año?
Hay buen grupo y un equipo que, ahora con las lesiones, partido que juega es partido que compite hasta el final y para ganar. Además, somos mucha gente joven y con el paso de las jornadas iremos creciendo todos. Si el equipo ha tenido el nivel en el principio, iremos subiendo ese nivel con el paso de la temporada. Somos un gran grupo en todos los aspectos.
"¿Renovación? Por supuesto que estoy encantado aquí y, siempre y cuando el Málaga quiera seguir apostando por mí, yo encantado de seguir".
- Termina contrato en 2025. Es uno de los que el Málaga tiene pendiente renovar. ¿Quiere quedarse? ¿Hay ya oferta formal del club?
Por supuesto que estoy encantado aquí y, siempre y cuando el Málaga quiera seguir apostando por mí, yo encantado de seguir. Pero es un tema que suelo dejarle a los agentes, me gusta centrarme en el fútbol porque al final te distraes. Pero yo, por mí, predisposición total.
- ¿Ni siquiera ha habido conversaciones para encarrilar la renovación?
Ahora mismo nada, que yo sepa. Y si la ha habido, les digo a mis agentes que no me la comenten hasta que esté encima de la mesa. Yo me centro en entrenar y competir en el día a día.
- Viajemos a la infancia. ¿Quién es Daniel Lorenzo Guerrero, marbellí que nace en el 2003? ¿Cómo se enamora del fútbol?
Yo soy de Marbella y empecé muy joven, con tres o cuatro años. Mi hermano mayor jugaba en el campo de abajo de mi casa y yo le veía y me metía con ellos a jugar. Siempre he estado con un balón en los pies. Fui jugando por varios equipos del barrio, de fútbol siete. Hasta que en alevines firmé por el Málaga, en 2013.
- ¿Cómo recuerda esa primera llamada del Málaga?
Yo estaba en el Peña Los Compadres y me acuerdo que estábamos haciendo un buen año, íbamos segundos detrás del Málaga. Hubo un partido en que ya se rumoreaba que me querían. Llamaron a mi padre y fue como: ¡Hostias! Yo no me lo esperaba. Para un niño de 10 años era un sueño. Era en la época del Málaga de Champions.
- Buen momento para fichar por el Málaga. ¿Dónde estaba el día de la injusticia en Dortmund?
Lo vi en casa con toda la familia. Estábamos todos súper felices diciendo “buah, ya estamos dentro” y cuando pasó eso, recuerdo que me fui al cuarto de baño a llorar. No me lo podía creer.
- En 2017 llega a la cantera del Real Madrid y allí permanece cuatro años. ¿Cómo lo recuerda? Porque tuvo altibajos…
Tuvo parte negativa y positiva. Salí de casa muy joven y yo tenía un vínculo familiar muy grande. Fue difícil. Eso se me juntó con las lesiones, que me impidieron tener la continuidad para demostrar mi fútbol. Pero también viví un montón de cosas positivas. Lo que es el Real Madrid, los compañeros y amigos que haces en la residencia, la experiencia de las instalaciones que hay, la competencia que hay, porque allí es entrenar con los mejores.
También el tener el primer equipo tan cerca, ver los partidos allí, Champions… vas con ilusión todos los días. Allí hay que tener una mente fuerte porque si no eres capaz de gestionarlo, te puede superar.
- ¿No estuvo nunca cerca de asomar al Castilla o al primer equipo?
Es muy complicado. Siempre tuve altibajos, no tenía continuidad. A lo mejor empezaba a salirme y tenía una lesión. Era mucho menos maduro que ahora y me afectaba más. Por una cosa o por otro no pude asentarme de verdad allí. No es fácil, y menos para una persona tan familiar como yo. Al final, te vas adaptando y esa independencia hace que madures dentro y fuera del campo.
- Y vuelve a llamar el Málaga. Decide dar un paso atrás -que luego fue para dar un gran salto-: dejar el Madrid y volver a casa. ¿Cómo toma esa decisión?
Tenía contrato con el Madrid, pero mi sensación es que no iban a contar mucho conmigo. Duda era el que estaba en ese momento en cantera. Él me contactó, las dos partes acordamos una salida y en Málaga sabía que siempre me tenían mucho aprecio. Necesitaba reencontrarme conmigo mismo, tener continuidad. Se me presentó y aunque la gente pueda pensar que era un paso atrás, sentía que era lo que tenía que hacer.
- Y no le salió mal la decisión. Llegó a debutar rápido en el primer equipo del Málaga.
Para nada, fue rapidísimo todo. Fue en el partido en casa ante el Amorebieta, que perdimos 1-2. Debuté en Copa la semana anterior. Me acuerdo que llegué con ficha de juvenil, intercalando con el filial. Hubo lesiones en el primer equipo, entré en Copa del Rey, jugué contra Amorebieta y contra el Eibar, titular. Fue con José Alberto. Luego vino Natxo y Guede ese año. Después, Pepe Mel y ya con Pellicer no coincido porque me voy al Mérida.
- Todo niño malaguista sueña con marcar en La Rosaleda. Lo hizo en Segunda contra el Lugo y a pase de un tal Rubén Castro. Lo celebró besando el escudo. ¿Cómo recuerda ese momento?
Buah, cada vez que lo pienso… fue increíble. Que me asistiera Rubén Castro encima tiene una mística detrás. Me acuerdo que fue una contra y fui siguiendo la jugada diciendo: “A ver si me cae, no creo, pero a ver”. Cuando me pasó el balón, me puse en visión túnel, solo veía la portería y me olvidé de todo. Le pegué y cuando vi que entró no sé ni lo que hice. Estaba respirando fuerte, ni me lo creía. Tuve unos minutos de adrenalina después que me tuve que tranquilizar, miré a mi familia en la grada. Fue una explosión de sentimientos.
-¿Cómo vivió junto a Larrubia, desde Mérida, el descenso del Málaga a Primera RFEF?
Fue complicado. Desde dentro, obviamente, es duro, pero desde fuera se sufre más porque no puedes ayudar. Nosotros allí, en Mérida, cada vez que jugaba el Málaga decíamos: venga, a ver si esta semana ya sí. Cuando parecía que levantaban cabeza, pasaba de todo. Expulsiones, cosas que escapan a la lógica. Eso era más impotencia todavía. Con el tiempo, después del palo duro, asimilas que esto iba a ser así y lo vi como una oportunidad que se me presenta para formar parte de una plantilla que reenganche a la gente.
- La química del vestuario. ¿Qué diferencias ve en este grupo y el del año anterior en Segunda? ¿Más humildad y menos lucha de egos, quizá?
Sí, puede ser. Lo que noto este año es que hay un grupo que está con el mismo objetivo en mente, hacer un año importante. Una misma ilusión. Encima, el año pasado, cuando empiezas mal es más difícil retomar el rumbo y este año, dentro de lo que cabe, hemos empezado con buen pie y eso ayuda. Los egos… pensamos todos en el mismo objetivo. Todos nos echamos una mano. Nos sentimos súper unidos y fuertes, te lo puedo confirmar. Cuando vengan los momentos complicados, si tenemos esa base fuerte, los momentos malos tardarán menos en darse la vuelta.
"Veo a mi padre, que es taxista, y veo las horas que echa… No me gustaría estar en su papel. Lo que yo hago, vivir del fútbol, es un sueño"
- Un referente
He tenido varios. En lo futbolístico, Isco e Iniesta. Luego, fuera del fútbol, siempre me ha gustado la manera de ser y de pensar de Rafa Nadal.
- Un sueño deportivo.
Jugar en lo más alto, en la Champions.
- Mayor virtud y mayor defecto (fuera del campo).
A veces tiendo a sobreexigirme y tengo que regularlo. De virtud diría mi constancia. No me rindo nunca.
- Plan ideal en un día de descanso.
Descansar bien. Levantarme no muy tarde, pero sin alarma. Salir a comer por ahí con la familia y echar el ratillo con ellos, con mi hermano pequeño de 13 años. Luego, algún plan en casa, una película con la familia. Soy muy casero. No soy de mucho ruido. Me gustan los ambientes tranquilos.
- Hablemos de música: elija tres artistas que suela escuchar.
Siempre me ha gustado mucho Eminem; diría también El Barrio y… alguno antiguo… te voy a decir Michael Jackson.
- Penalti en el minuto noventa. Si es gol, el Málaga asciende. ¿Quién lo lanza?
Ufff. Se lo voy a dar a Dioni, que ha fallado unos cuantos y es el momento perfecto para que ahí lo meta.
- ¿Y si le pide que lo haga?
Si él me lo dice, pues lo tiro yo. Nada de esconderme.
- Qué es lo mejor y lo peor de ser futbolista.
Lo mejor es que vives de lo que te gusta. Es una suerte. Veo a mi padre, que es taxista, y veo las horas que echa… No me gustaría estar en su papel. Lo que yo hago, vivir de esto, es un sueño.
Lo malo, que al final es parte del trabajo y no lo considero negativo, es que tienes que renunciar a muchas cosas. Yo vivo por y para esto y tienes que aislarte de cosas que uno normalmente suele hacer con esta edad. Esto lo he elegido yo, es mi manera de hacerlo y tampoco lo sufro.
- ¿Qué haría si el Málaga asciende este año?
Me desmadraría. El pelo blanco y azul me lo pinto fácil. Y sería capaz de algún tatuaje en ese momento, y eso que no tengo ninguno. Haría lo que me digan.
Sigue así campeón, te llegará tu oportunidad de demostrar lo que vales. Siempre Málaga.