El Málaga vivió este verano las duras consecuencias de un descenso al barro de Primera Federación. 25 años después de competir en el considerado como fútbol profesional, la desgracia de la pasada temporada afectó a las arcas del club y a la vida de medio centenar de personas del club que perdieron su puesto de trabajo tras ejecutar un ERE.
Hubo 47 despidos repartidos en todos los estamentos del club, desde encargados de secciones como Comunicación, Área de Negocio o La Academia hasta utilleros, fisios, administración y gente anónima que durante años ha convivido entre los muros de La Rosaleda cuidando al máximo los entresijos del club.
Iban a ser 74 personas las afectadas por este despido masivo, pero tras varias negociaciones el número logró bajarse hasta esos 47. En todo caso, se trató de una medida de recorte excepcional que dejó al club muy limitado. El club emitió un comunicado de despedida donde lamentaba dicha situación:
"Debemos despedirnos con todo nuestro dolor. Vuestra profesionalidad y compromiso quedan exentos de toda duda, pero el contexto en el que nos encontramos nos obliga a asumir esta medida tan difícil.
Vuestra huella en este MCF es imborrable y esperamos, de corazón, que este adiós se convierta en un hasta pronto".
¿Qué consecuencias económicas tuvo para el club? El tercer expediente de regulación de empleo de la historia del Málaga costó casi 700.000 euros, en concreto 694.847 euros, según adelantó Radio Marca Málaga.
Nombres como Ana Vera, directora de Relaciones Internacionales del club; Carlos Arias, director del Área de Negocio; Lucas Rodríguez, director de la Fundación MCF; Duda, director de la cantera y su mano derecha en el cargo, Isaac Jiménez ‘Gordillo’; el utillero Juan Carlos Salcedo, el jefe de los servicios médicos Juan Carlos Pérez Frías; el delegado del equipo y exmalaguista Josemi; dos fisioterapeutas o el preparador físico Enrique Ruiz fueron despedidos, aunque algunos por iniciativa propia decidieron dar un paso al lado.
Actualmente, la mayoría de los departamentos se han visto reducidos a la mitad de personal y hay una concentración de poderes que recae en Kike Pérez, como director general y administrador de todas las áreas del club, y en Loren Juarros, director deportivo y también momentáneamente encargado de vertebrar La Academia y todo lo referente a plantilla del primer equipo, filial y categorías inferiores.
El club estudia ya la contratación de más personal que ayude a regenerar el club desde dentro. Hay que recordar que en un despido colectivo no se pueden contratar a otros profesionales nuevos para cubrir los puestos hasta que no pasen 90 días desde la conclusión del procedimiento de despido, que fue a mediados de julio. Ya sería posible reforzar la plantilla de la entidad.