El valor de la victoria del Málaga ante el Algeciras va creciendo a medida que se van asimilando la serie de obstáculos que los locales tuvieron antes, durante y después del partido. El 2-1 tuvo, por encima de todo, una gran actuación coral que Sergio Pellicer se encargó de ensalzar en la rueda de prensa posterior. El premio era grande porque es triple: volver a la tercera plaza, seguir el ritmo que imponen Castellón e Ibiza y alejar a perseguidores que pincharon por el camino como Córdoba, Antequera y el propio equipo algecireño.
¿Por qué no hay que quedarse en la superficie del resultado? Pues lo acontecido en el partido invita a reflexionar sobre el gran mérito que tuvo el Málaga en conseguir un triunfo ante un rival que no era baladí. El Algeciras, acompañado de una ruidosa y fiel afición de más de mil gargantas, fue dominado en la primera parte, pero compitió hasta meter el susto en el cuerpo al malaguismo hacia el final de los 95 minutos jugados.
Antes del pitido inicial ya empezaron los problemas. Víctor García notó molestias en el aductor izquierdo durante el calentamiento y tuvo que jugar de última hora Dani Sánchez. Y Juanpe, que apuntaba a titular, sufrió una contusión en la cadera derecha y no entró en la convocatoria. El Málaga es ese club que tiene ocho bajas para un partido y es capaz de sumar otras dos más justo antes de que empiece a rodar el balón.
Aun así, con Izan de pivote titular, el equipo se esmeró en dedicarle una victoria a Pellicer y pujó por un más que posible 3-0 en la primera parte, pero se vio con el agua al cuello en un 2-1 a falta de ocho minutos por disputarse, con el Algeciras en superioridad númerica (10) frente a un Málaga con nueve jugadores sobre el césped tras las expulsiones de Genaro, por un enfrentamiento en el túnel de vestuarios y Dioni por doble amarilla.
Es ahí cuando se encendió la luz de alarma definitiva: ¡Peligro por una posible alineación indebida! Con la expulsión de Dioni, de los nueve jugadores presentes en el campo, tan solo siete tenían ficha profesional (el mínimo exigido por el reglamento), pues los dos filiales Izan Merino y Antoñito Cordero estaban jugando. En esos minutos finales, la expulsión de alguno de los siete profesionales habría costado los tres puntos al Málaga. Pellicer casi cambia a Izan Merino por Bilal para jugar con ocho profesionales de nuevo, pero se la jugó... y teniendo a Einar con amarilla.
El banquillo del Málaga era el siguiente: Carlos López, Bilal, Moussa, Aarón Ochoa, Pablo Arriaza, Antoñito Cordero, Loren Zúñiga y Víctor García. Todos son menores de 22 años excepto Víctor. Hay que recordar que no estaban disponibles Dani Lorenzo por sanción y los lesionados Ramón, Juande, Haitam, Nelson Monte, Juan Hernández, Manu Molina, Sangalli y los dos de última hora: Víctor García y Juanpe. Diez bajas y dos expulsados durante el partido. Ejercicio de supervivencia extrema.
El entrenador malaguista rompió lanzas a favor de su grupo por cómo ha sido capaz de sobreponerse a estas limitaciones. "Nos va a venir bien este periodo de vacaciones para recuperar gente y reflexionar. Es cierto que también es mala suerte, lo de Juanpe es un golpe, lo de Nelson Monte… no hemos estado al cien por cien con tantas lesiones de gente muy importante. Y estamos compitiendo. Tenemos que recuperarlos porque mantener este nivel de puntos con esta situación… la temporada es larga. Hay que valorar lo que se ha hecho en este último trimestre. Hemos tenido que asumir el riesgo de alineación indebida".
"Me quedo con los 35 puntos, sabiendo que hay muchos partidos en los cuales no hemos estado bien. El único debe que hemos tenido es no ser constantes en los 90 minutos en nuestro estadio. Rozamos casi el sobresaliente por todas las situaciones que nos hemos encontrado, gente nueva, lesiones, jovenes, lo que pesa este escudo… Tenemos que reflexionar ahora y seguir mejorando", concluyó Pellicer.