Genaro: "Me he ganado la renovación... pero como dice Pellicer, el rendimiento se actualiza"

Incluso en enero es primavera en Málaga y La Rosaleda tiene una apariencia espectacular, con el cielo limpio y un césped que tiene un poder de atracción casi divino. A la cita llega recién entrenado y hasta almorzado -y son las 13.35 horas- el centrocampista Genaro Rodríguez (Gerena, 1998), con ganas locas de jugar este sábado en Los Cármenes en mitad de la mayor peregrinación malaguista que se recuerda en los últimos lustros.

Después de apagar la grabadora cuenta que el día anterior había estado por primera vez en el Carpena viendo al Unicaja, en la BCL. "Llevo tres años aquí y no había estado, me gustó mucho", suelta. Antes de esta confesión ya ha dado su versión de la presunta "patada en el pecho" en el descanso contra el Algeciras, de cómo ha vivido estos cuatro partidos de sanción desde fuera y de su reconciliación con el malaguismo, que hace unos meses le hizo la cruz y, ahora, muchos esperan su regreso al once. Por hablar, lo hace hasta de su futuro, que de momento tiene fecha de caducidad temprana. Él quiere quedarse en Málaga y lo deja bien claro en esta entrevista con ElDesmarque.

- Han sido cuatro partidos de sanción. ¿Cómo lo ha vivido?

Un poco jodido porque al final prevaleció lo que puso el árbitro en el acta. La pena es que las cámaras no se ven bien y al final tocó aceptarlo. Ayudé un poco al equipo también desde fuera. Lo bueno es que fueron tres semanas por el partido de Copa, que al final me pilló ahí en medio. Así he podido volver un partido de liga antes para estar disponible.

- Sobre su expulsión por una agresión en la tangana contra el Algeciras, se conoce la versión del acta, pero aún no sabemos su versión. ¿Qué ocurrió realmente?

Qué va. Fue una típica trifulca, creo que empieza en esta banda de los banquillos. Creo que el capitán de ellos se va para Murillo, si no recuerdo mal. Vino Manolo Sánchez, nuestro segundo, para defenderlo y fueron dos o tres de ellos a meterse: el entrenador de porteros de ellos y alguien más a recriminarles todo entrando en el túnel.

Lo que recuerdo es que vinieron como locos dos o tres del banquillo rival y engancharon a nuestro segundo entrenador ahí en la puerta de entrada y me pilló entrando justo a mí y al compañero (el capitán del Algeciras). Estuvimos los más cercanos y lógicamente defendimos a la gente, porque yo vi a Manolo metido prácticamente en la puerta y dije: esto no lo voy a permitir y menos en mi estadio, igual que si hubieran tocado algún compañero mío.

- ¿Pero hubo una "patada en el pecho" o no?

No, no, yo creo que eso viene también porque cuando ya estamos dentro del túnel y de la trifulca, yo a lo mejor llegué demasiado rápido y se me vio como con mucho ímpetu, pero de ahí a una una patada en el pecho… cuando lo vi, dije: “¿Yo que soy ahora, Karate Kid?”, Pero bueno, lo asumimos y ya está.

En las cámaras de vigilancia también se ve, creo que el capitán de ellos se ve un poco retirado. Al final se tuvo que comer los cuatro partidos también Raúl Iznata, que estaba separando a la gente. Se puso que le había dado a uno en la espalda cuando no es así, pero bueno. Al final, cuando hay una tangana así de mucha gente...

- Tras el 0-1 ante el Castellón, bajó al vestuario. ¿Qué ambiente encontró y qué palabras le salieron?

Sí que vi al equipo, lógicamente, tocado. Porque yo creo que hizo una primera parte de escándalo. Le plantó cara al líder. Vi al equipo tocado porque se trabajó bastante esa semana, se hizo hincapié en cómo podíamos hacerle daño al Castellón y yo creo que si en la primera parte tenemos acierto... Lo que me salió fue bajar y darles ánimo, sacar el lado positivo en el momento más complicado después de una derrota. Yo soy el primero que no le gusta perder ni a las canicas. Lo bonito del fútbol es que a los cuatro o cinco días tienes otra oportunidad de redimirte.

- Tres derrotas y un empate en los cuatro partidos que no ha estado. Siete goles encajados. Hay gente que ha echado en falta su ausencia en la posición de pivote. ¿Lo siente así?

Todos somos importantes, puede sonar a tópico, pero es la verdad. Ocurren lesiones, sanciones, un compañero no tiene el día... y esto tiene que ser así, salir a flote sea como sea, por lo civil o por lo criminal. Es verdad que tenemos que volver a esa fortaleza defensiva. Cuando acabó el año éramos el equipo menos goleado y eso al final dice mucho, esa fortaleza te hace crecer y desde ahí las victorias están más cerca.

- El mal momento del equipo ha llegado y las opiniones negativas también. Se decía que en estas malas dinámicas se vería la fortaleza del grupo. ¿Están sabiendo gestionarlo?

Sí, por supuesto. A nadie les gusta perder. En Ceuta, por ejemplo, estamos perdiendo, nos ponemos por delante, que es algo que el año pasado era impensable y este año lo hemos hecho en muchas ocasiones. Bueno, en la derrota se aprende más que en la victoria, eso está claro. Aunque tengo 25 años me considero uno de los veteranos y nosotros también tenemos que tener esos mensajes positivos que darles a los más jóvenes. De hacer borrón y cuenta nueva cada semana.

- Ascenso directo, misión muy complicada. ¿Hablan de puertas para dentro de cómo cazar al Castellón o Ibiza? Porque, de momento, juegan otra liga...

Por supuesto, si te digo que no es posible, no estaríamos aquí. Al final es también un reto. Ellos llevan un ritmo de 80 y pico o 90 puntos, pero que también es muy complicado mantener ese ritmo todo el año. Queda toda la segunda vuelta. Se puede tener una racha mala. Esto es el fútbol, se pasa de blanco a negro en dos o tres semanas.

- ¿Ves a esta plantilla ascendiendo? Con sus pros y con sus carencias, además del atenuante de las constantes lesiones.

La mezcla que tenemos de juventud y de madurez es gloria para un equipo. Sí que es verdad que es un equipo demasiado joven, pero eso tiene que ir ligado a las ganas y al hambre, y al final estas categorías te hacen ganar experiencia. Eso tiene que ser la seña de identidad de nosotros.

- Pellicer dijo el pasado verano que "se ha sido muy injusto con Genaro". Usted recibió pitos, insultos y hasta cánticos desagradables. ¿Cómo le afectó en su día?

Hombre, es complicado. Al final, la gente busca culpables, es lógico. Y sí que se puede llegar a entender un poco la frustración de la gente, que la situación del año pasado fue muy complicada para todos. Un descenso es un palo gordísimo. Y lógicamente claro que te afecta tanto profesional como personalmente, pero desde verano yo pegué ese cambio de chip, de mentalidad. Tenía unas ganas tremendas de empezar la temporada bien. Por ejemplo, cuando metí el gol en Castellón sí que me liberé bastante. De decir: hostia, pues ya estamos aquí otra vez, apretando.

Quitando ese primer partido, luego tuvimos una buena racha de no sé cuántos partidos sin perder y eso era crucial. Hoy seguimos estando ahí en playoff y nuestro objetivo tiene que ser estar lo más arriba posible.

- Ha conseguido revertir la situación. ¿Dónde ha encontrado la fortaleza mental para hacerlo? ¿Ha tenido ayuda psicológica o de gente cercana?

No he tratado nunca con un psicólogo en solitario. Yo me apoyé en la familia, que es el pilar fundamental de todos. Y ya te digo, fue desconectar la primera semana de vacaciones, abstenerte de fútbol y de comentarios. Siempre he sido muy positivo de mente y bastante fuerte. Intentaba hacerlo lo mejor posible, obviamente claro que voy a tener fallos, los va a tener todo el equipo. También la llamada de Pellicer ayudó. Tenía la incertidumbre de no saber si iban a rescindirme. Y a partir de ahí, siempre intento sacar el lado positivo de todas las cosas.

- Como uno de los capitanes y, sobre todo, como jugador que perteneció al Málaga del descenso, ¿siente una mochila extra?

Tanto como mochila, no. Lo veo como algo que al final se queda para uno, es experiencia y eso te hace maduro. Para nosotros es un reto, yo creo que si le haces esta misma pregunta a Juande y a Ramón te van a contestar más o menos lo mismo. Para nosotros es bonito, venir aquí cada dos semanas y meter a 20.000 personas…. Eso muchos estadios de primera no lo tienen.

- ¿Cómo los ve física y psicológicamente?

Juande lleva ya un par de semanas o tres entrenando con el grupo, ya está entrando en convocatoria y eso al final es como un rayo de luz. Ramón tuvo esa pequeña recaída cuando estaba viendo un poco la luz al final del túnel. Se notó otra vez un pinchazo ahí. Pero cada vez está mejor. Yo voy todos los días al gimnasio después de entrenar y lo veo, está trabajando, está fino. Nosotros hemos intentado, y te hablo del grupo, mantenerlo siempre en la pomada. Juande ya nos puede ayudar en el verde y Ramón seguro que de aquí a nada está aportando. Y van a ser importantes,

"Desde verano yo pegué ese cambio de chip, de mentalidad. Tenía unas ganas tremendas de empezar la temporada bien".

- En lo personal, ya ha alcanzado su cifra tope de goles en una temporada (3). No sé si le queda cupo para algunos más en la segunda vuelta...

Vamos a intentar que ese cupo no sea un cupo cerrado (risas). Todo lo que sea ayudar al equipo a ganar... por mí metería en todos los partidos. Es una faceta que también me gusta.

- ¿Cómo lleva lo de ser uno de los veteranos con apenas 25 años? Se dice que Dioni le suelta a veces que tiene "25 para 35 años".

(Risas) Me lo ha dicho ya más una vez, el cabroncete. No me siento tanto como un padre, sino como un hermano mayor. Desde la humildad siempre intento ayudar a los más jóvenes porque al final a todos nos ha gustado desde siempre que los mayores te traten como uno más, que te ayuden y aconsejen, que te  marquen un poco el camino. Eso tiene que ser una retroalimentación de todos.

- Cambiemos un poco de tercio. Es graduado en periodismo. ¿Se ve ejerciendo esta profesión cuando se retire?

¡Ufff! Lo estudié porque gustaba, me llamaba un poquito la atención y bueno, el tema de los comentaristas me gusta... pero es que lo del entrenador me gusta mucho, me tira mucho. Yo si fuera entrenador, una de las señas de identidad que tendría sería el doble pivote, cien por cien. Y delanteros de referencia.

- ¿Con qué entrenador se queda? No vale que diga Sergio Pellicer...

A ver, Pellicer, obviamente de todos se sacan cosas. Sí que me gusta, en lo defensivo, un perfil Bordalás. Y en ataque ya es un poco más ambiguo porque también depende un poco de los jugadores que tengas, me gustaría tener la posesión, pero también ser muy vertical, eso me encanta. Me he tragado un par de partidos del Leverkusen, de Xabi Alonso, y me gusta mucho.

Volviendo a lo del periodismo, le pongo en un aprieto: ¿Qué opinión tiene de la prensa deportiva malagueña?

Bueno, a ver… sí que es verdad que el año pasado se metió mucha caña, ¿no? Al final, es lógico. Cuando vienen las vacas flacas eso es carne para ustedes, es entendible. Pero bueno, este año bastante bien, yo creo que al final es también un apoyo, tiene que haber una comunión tanto con la grada como la prensa, pero bueno entiendo que al final también tiene que haber ese punto de morbo, ¿no? Es algo con lo que nosotros convivimos y se lleva bien. Yo creo que este año todo suma.

"¿Renovar? Creo que me lo he ganado, pero eso ahora no sirve de nada. Ojalá que sí, es para lo que trabajo y me gustaría seguir aquí. Es un sitio de lujo en el que se puede crecer"

- ¿Suele leer lo que se escribe u opina del Málaga CF o sobre usted, en concreto?

Hombre, algo sí, pero lo que me llega. Algunas cosas que te metes y te salen, pero eso de buscar, yo no suelo mucho. A lo mejor mis colegas han visto el meme este o aquel que te han subido y me lo mandan. Algunas cositas sí las leo, pero lo que se dice prensa consumo poco.

- A Genaro le mandan memes de Genaro.

Sí, sí, o de alguno del equipo o lo que sea. En el vestuario siempre hay ese cachondeo. Al final eso, como te digo, todo suma y es gloria, que ese ambiente no se lleve por la parte crítica, sino por la cómica.

- En Sevilla vivió un título de Europa League in situ en 2020. ¿Qué sería lo equivalente a hacer eso aquí en Málaga?

Pues subir a Primera División, obviamente antes subiendo a Segunda. Ese es el objetivo de este año. Pero subir a Primera sería algo muy guapo, imagínate aquí en el campo, las 30.000 mil personas. Eso sí que sería bonito. Y más después de lo que hemos sufrido, por lo que ha sufrido la gente.

- Su compañero David Ferreiro dijo en su presentación: "Vengo a ganarme la renovación en junio". Usted acaba contrato en junio también. ¿Crees que se la ha ganado?

Yo creo que sí, por mi primera mitad de temporada, sí. Pero eso no sirve de nada. Como dice Pellicer, el rendimiento se actualiza y yo creo que lleva mucha razón, porque yo ahora si no aporto al equipo, si no sumo, si no soy buen compañero, si no me cuido... estos seis meses atrás no valen de nada. Ojalá que sí, es para lo que trabajo y me gustaría seguir aquí. Es un sitio de lujo en el que se puede crecer en todos los aspectos y por qué no.

- ¿No se ha sentado con Loren a hablarlo?

No, de estos temas intento estar un poco apartado. Para eso tengo también a mis agentes, que ellos también me lo dicen: céntrate en el día a día. Eso es para la gente de despacho y nosotros donde tenemos que hablar es de la línea del campo para dentro.

- Por último, pida un deseo en voz alta.

El deseo ya sabemos todos cuál es... no hace falta ni decirlo. Lo tenemos muy presente de puertas para dentro, en el vestuario.