Suele decirse que nadie es profeta en su tierra. Y aunque nació en Argentina, Pablo Guede siempre demostró que Málaga era una de sus 'patrias chicas'. Como jugador fue protagonista destacado en el histórico ascenso de 1998 y como entrenador ayudó a lograr la permanencia en 2022, pero acabó destituido en septiembre después de no lograr los resultados esperados en un equipo que acabó descendiendo a Primera RFEF.
Año y medio después ha regresado a los banquillos en Argentinos Juniors, otro de los equipos que tienen un lugar especial en su corazón. Allí se ha convertido en uno de los técnicos revelación del fútbol argentino, en un equipo de barrio y donde ha recuperado la sonrisa tras una etapa en Málaga que le dejó bastantes sinsabores.
Y es que dirigir al equipo boquerón siempre había sido su sueño. Así lo constata una declaración que ha realizado durante una entrevista concedida al medio argentino Clank Media.
"En los contratos siempre firmaba una cláusula. Si me quiere algún equipo tenía que pagar una cifra, pongamos medio millón o un millón... Menos para Málaga, San Lorenzo o Argentinos Juniors, que me podía ir gratis. Y si no aceptaban, no firmaba", asevera.
Ahora en Argentinos Juniors, Guede tuvo una salida algo convulsa de San Lorenzo, y también de Málaga. "Es muy difícil cumplir los sueños. Lo que viví en Málaga fue muy difícil. Quiero mucho a esa ciudad, tengo dos hijas malagueñas y me fue muy bien como futbolista", aseveró el técnico.
Pero su marcha del Málaga le dejó bastante marcado. Hasta el punto de que se obligó a tomarse un tiempo para reestructurar ideas y reciclarse como técnico.
"Sentía que tenía que reinventarme, porque lo que había hecho antes ya no servía y futbolísticamente tenía que cambiar un montón de cosas. Tardé tres meses. Le dije que no a siete u ocho equipos", recuerda.
Lo que sucedió en el Mundial de Qatar le hizo reflexionar. "Fui con mi hijo a ver el Mundial y le dije que si predominaba la intensidad por encima de la calidad tenía que cambiar mi forma de entrenar. Y dicho y hecho", añade.
Pablo, no creo que haya sido falta por ganas ni tuyas ni de la afición. La admiración es mutua, aunque no siempre salen las cosas como queremos. Mucha suerte en el futuro, a seguir aprendiendo ojalá consigas los mejores éxitos.