Las pruebas médicas han confirmado un nuevo varapalo para Ramón Enríquez. El centrocampista tiene una lesión miotendinosa en el recto anterior del cuádriceps derecho, la misma zona muscular donde sufrió una rotura hace poco más de un año y que le dejó en el dique seco durante un tiempo muy superior al esperado.
Esta vez, el alcance de la lesión es mucho menor, pero no deja de ser una mala noticia para él, su equipo y su afición, pues todos esperaban poder verle brillar en la recta final de Primera Federación.
Ramón deberá parar unas semanas, si bien el club no ha dado ningún plazo concreto para su vuelta, como suele ser habitual. No es una lesión de gravedad, pero tiene difícil llegar a tiempo para participar en unos hipotéticos play off de ascenso. Quizá no vuelva a participar en lo que queda de temporada. Desde el club transmiten este mensaje, pero sin dar periodos concretos. Todo dependerá de su evolución.
Ramón está viviendo un calvario con las lesiones y la mala suerte no le abandona. Para colmo, termina contrato en junio de este año. El club deberá tomar una decisión sobre su futuro inmediato. Su historial físico no le avala y el club estaba decidido a esperar cómo evolucionaba en su regreso al césped. No ha podido ser.
El centrocampista y capitán malaguista partió como titular ante el Mérida, una sensación que no vivía desde el 23 de abril de 2023 en Lugo, el día de la fatídica lesión. Pero en el minuto 21, al notar unas molestas en la zona, miró al banquillo y pidió el cambio. Se quitó el brazalete y, cabizbajo, abandonó el terreno de juego en sustitución de David Larrubia. El club informaría minutos después de que notó un pinchazo que le alertó y decidió abandonar por precaución.
Sergio Pellicer había estado meses insistiendo en que había que ser cautos con él. El plan pasaba por ir metiéndolo poco a poco en dinámica hasta encontrar su ritmo óptimo y, así, evitar nuevas recaídas. Así lo ha ido haciendo, de manera paulatina mientras acumulaba carga en los entrenamientos. Primero, debutó con 44 minutos con el Linares en su reaparición once meses después, se quedó sin participar contra el Ceuta, sumó quince minutos ante el Atlético de Madrid B, media hora contra el Murcia y otros 35 minutos frente al Córdoba. Cuando parecía coger vuelo contra el Mérida, vino la desgracia.
Esto decía Pellicer tras el partido: "Ramón tiene unas pequeñas molestias, creo que es la peor noticia detrás del resultado porque tenía muchas esperanzas. Ha notado una sobrecarga y tenemos que ir con mucho cuidado. Ahora a esperar las pruebas". Finalmente ha sido peor de lo esperado en un principio, pues no se ha quedado en una sobrecarga. Es una lesión en el recto anterior que requiere semanas de recuperación.
El diagnóstico ha confirmado la lesión, la enésima para un Málaga que también está teniendo mala fortuna esta temporada con el parte de bajas. Ha ocurrido con otros jugadores presumiblemente importantes como Juanpe, Sangalli o Juan Hernández. El ejemplo más extremo es el de Haitam, que en pleno momento de inspiración se rompió la otra rodilla. Un malfario para el club que, sin duda, no ayuda a su entrenador, un Sergio Pellicer que deberá buscar alternativas a estos contratiempos sin apenas margen de error.