El fútbol es, entre muchas cosas, una experiencia religiosa. Nelson Monte creyó en lo imposible porque es creyente y porque es jugador del Málaga CF con más fe de las últimas décadas. Con el ascenso, el central portugués ya ha cumplido su objetivo, por lo que exclusivamente aterrizó dejando atrás un país y una liga dos escalones por delante. Nelson saltó al vacío, intercambiando la máxima categoría de Portugal por la Primera RFEF española. Un trueque descompensado, arriesgado. Le ha salido que ni pintado.
"He venido a Málaga para vivir cosas como esta", decía este sábado noche en Tarragona, todavía vestido de corto, a pie de césped y con una cerveza en la mano. Abrazaba y saludaba a aficionados en la invasión de campo que hubo. Eufórico. Pletórico. "Este club y esta afición no merecían estar en una categoría así. Este grupo se lo merecía", nos contó a este medio tras vivir la final desde el banquillo, pues jugaron Juande y Einar en la zaga.
"Salí de Primera de Portugal con la idea clara de que quería vivir algo grande. He estado jugando en Europa League, en Conference... pero esto es el Málaga. No es solo un ascenso, es un ascenso con el Málaga, que es totalmente diferente", resumió. Es más malagueño que un espeto, aunque nació en Vila do Conde, a media hora en coche de Oporto. Su acento español ha mejorado sustancialmente. Adaptación inmediata desde las primeras semanas, cuando en su primera entrevista como jugador malaguista, en ElDesmarque, dijo: "Llevo aquí tres semanas y te juro que me siento en casa".
Le preguntábamos a Nelson por cómo vivió el gol de Antonio Cordero. La explicación que dio fue de índole espiritual. "Estaba en el banquillo desde el minuto uno con esto en la mano, pidiéndole (enseña un amuleto de la Virgen de Fátima). Vosotros tenéis aquí al Cautivo. Yo tengo lo mío también. Nuestra Señora de Fátima. Yo lo sabía porque la gitana también lo sabía", contaba con una sonrisa el jugador luso, que a su vez enseñaba una pegatina en su teléfono móvil donde pone en letras azules: LA GITANA LO SABE [se aprecia en el vídeo superior] Y tanto que lo supo. No se explica el gol en el descuento de la prórroga sin alguna intervención divina.