Aunque ya hayan transcurrido dos días desde que el Málaga lograra ascender in extremis ante el Nástic de Tarragona en el Nou Estadi, lo cierto es que hay algún que otro aficionado que casi ni se lo cree. Eso sí, la hinchada malaguista ha disfrutado de una celebración por todo lo alto, y es que volver a LALIGA HYPERMOTION un año después bien lo merece. Uno de los que ha festejado el logro del equipo malagueño es el exjugador Salva Ballesta.
En el Twitch de ElDesmarque, el que fuera futbolista del Málaga ha reconocido estar muy contento después del fin de semana. "La Selección Española, a octavos; el Málaga me ha dado uno de los mejores días de mi vida, ¿qué más se le puede pedir? Y recibiendo muchísimos mensajes en la misma retransmisión de 'qué mala suerte'... lo que se suele decir cuando ya no confías en el resultado. Pero ahí está la retransmisión, dije lo vamos a conseguir, tenemos un córner... nos queda una pues mira al final se consiguió de manera agónica".
El Málaga jugará la temporada que viene en Segunda División. Por lo demás, no existen palabras adecuadas para describir lo ocurrido en el Nou Estadi este sábado 22 de junio de 2024, fecha para la historia del malaguismo. En todos los guiones posibles, no cabía esperar uno así de inexplicable. Llámenlo surrealismo mágico, encuentren la razón en la famosa gitana loca de las cartas o piensen que es un milagro, porque son pocos, pero existen. El fútbol los tiene.
Perdía 2-0 al término de la primera parte de la prórroga. Antes habían marcado Alan Godoy (72') y Gorka Santamaría (4' de la prórroga) para el Nàstic, que ya se veía en LaLiga Hypermotion. Lo festejaba el equipo tarraconense, que trató de perder tiempo y ralentizar cuanto pudo. Pero cuando el Málaga parecía estar muerto, Dioni resucitó la esperanza con el 2-1 en el 108' y Antoñito Cordero firmó el gol con el que todos sueñan, en el descuento de la prórroga, llegados al 122. La veteranía y la juventud. 34 años y 17 añitos. El sello de este equipo que ya es eterno.
No traten de entenderlo. El Nàstic lo tenía hecho, pero el equipo comandado por Sergio Pellicer creyó en lo divino, se encomendó al cambio de chip con dos adolescentes a la carga -Aarón Ochoa, de 16 años, facilitó el primer gol blanquiazul con su disparo; Cordero fue héroe y profeta a los 17- y está de vuelta al fútbol profesional. Un año después de abandonarlo entre lágrimas. El destino se lo tenía guardado de la manera más rocambolesca. Eso también es malaguismo.