El malaguismo vive tiempos de estar orgulloso de los que visten el escudo del club que aman. No siempre ocurre esto. En el empate a dos en el feudo del Cádiz, los 400 aficionados desplazados aplaudieron el esfuerzo titánico del equipo. El Málaga es de los más competitivos de la Segunda División y hay dos formas de valorar su recorrido en estas primeras nueve jornadas.
Una visión, la más exigente, insta a pedir un puntito más de mejora defensiva para ganar partidos, ya que seis empates en nueve jornadas son demasiados para la igualdad de esta división, donde el play off y el descenso están a la misma distancia, tres puntos. La otra, más realista y empática, valora los doce puntos cosechados, con tan solo una derrota, aunque fuera algo traumática (0-3 ante el Elche). El equipo sigue invicto fuera de casa y ha jugado en canchas complicadas como Ferrol, Córdoba, Granada, A Coruña y Cádiz.
Sea cual sea la elegida de estas dos visiones, una cosa es impepinable: el Málaga sabe de dónde viene, ya no es un gallito en Segunda, sino un humilde recién ascendido desde lo más profundo del fango. Este estatus rebajado, un perfil bajo, le está viniendo bien para jugar sin presión y con la fe de que los partidos duran 90 minutos más el añadido. Perdía 2-0 al descanso en el Nuevo Mirandilla. Perdía 2-1 en Los Cármenes en el minuto 93 y cuando empató, paró un penalti en la última jugada. Perdía 1-0 ante el Albacete y acabó remontando con uno menos. Eso es competir en mayúsculas.
Esto el malaguismo lo valora, pero la ausencia de victorias evita excesos de ilusión. La afición blanquiazul está curada de expectativas grandilocuentes desde que ocurriera el último descenso.
La cámara y el micro de ElDesmarque, tras el derbi en tierras gaditanas, lo comprobó con las declaraciones de algunos hinchas que viajaron el pasado sábado [vídeo superior]. Todos coinciden en que se puede soñar con algo más, pero una vez se consiga la permanencia. "Tener los pies en el suelo, conseguir la permanencia y luego ya se verá". También opinaron con arte del doblete de Ontiveros, que dijo que "nunca celebrará un gol contra el Málaga".
Un proyecto que requiere paciencia, pues el objetivo inmediato es asentarse en la categoría para saltar en el futuro próximo a Primera División. De momento, esa calma la mantiene el malaguismo, aunque la exigencia siga estando ahí. El propio Pellicer la mostraba en el pospartido: "Me quedo con la seña de identidad del equipo, el cómo y el porqué es importante, demostrado está que en dos escenarios espectaculares [Riazor y Mirandilla] hemos dado la cara, pero me hubiese gustado tener más puntos. Hay que recordar de dónde venimos".