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Gladiator II, dirigida por Pellicer y protagonizada por el Málaga

El Málaga es un ejército de gladiadores: uno hasta lleva casco. (Foto: LALIGA)
Periodista malagueño. Delegado en Málaga.

"Somos gladiadores", decía el Máximo Décimo Meridio (Russel Crowe) de este Málaga, Alfonso Herrero, minutos después de obrar otra actuación sublime bajo los palos en el Zaragoza 0-0 Málaga. El Coliseo no era romano, sino zaragozano, pero la grandilocuencia del mítico estadio acompañaba y, de paso, hasta ruinas había. Cosas de las obras de remodelación por el Mundial 2030.

Todo lo que ocurrió en el césped en los noventa y pico minutos de la jornada 15 puede resumirse como una secuela de la película Gladiator, que en estos días estrena su segunda parte en cines. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

No hubo goles, el espectáculo por el que el pueblo paga, pero sí hubo guerrilleros malacitanos que hasta vestían del color de la arenilla de la que levantaba el polvo sangriento en las batallas de Coliseo. Para colmo, como una película orquestada, la tercera equipación fue la elegida para Zaragoza, una obra de Hummel que tiene un esbozo de La Alcazaba en la zona frontal. En lo metafórico, la fortificación infranqueable existió. El Zaragoza se estrelló contra un muro.

Ya fuera por la piel, por la gracia de San Herrero o por el desempeño de una defensa que es la mejor de la categoría o por todo eso y más a la vez. La estadística lo confirma: ocho porterías a cero y once goles en contra en 14 partidos, menos que ningún otro equipo en LALIGA HYPERMOTION.

El Málaga jugaba con un futbolista menos desde el minuto 34 por la expulsión de Kevin. Injusta, excesiva y, como mínimo, muy dudosa, por otro lado. El colegiado Aix Franco se encabezonó en no rectificar, pese a que el VAR le chivara que la entrada no era de roja. Kevin, de la frustración, fue también un gladiador rompiéndose la camiseta.

Como una película orquestada, la tercera equipación fue la elegida, que tiene un esbozo de La Alcazaba. La fortificación infranqueable existió. El Zaragoza se estrelló contra un muro.

No era la primera vez

En todo caso, fue la segunda vez que el ejército pellicerista tenía que afrontar un gran grueso de partido en inferioridad numérica. Contra el Albacete se autoexpulsó Álex Pastor, y perdiendo por 0-1, logró hasta remontar con aquel penalti de Cordero en el último minuto. En La Romareda, aguantó el aguacero con el escudo por delante, pero también con la espada, atacando de vez en cuando por si la victoria caía. No tiene miedo al éxito este Málaga. Es irreductible y tiene arrojo.

"Me voy con esa sensación de que, con once contra once, se hubiera visto un partido más abierto", se atrevió a decir Sergio Pellicer, el director de esta película de no ficción. Con su criterio, está construyendo un equipo competidor ante las bestias que le echen. Sean tigres o leones, sean fortachones de dos metros. El Málaga tiene los ingredientes para hacerle sufrir a cualquiera. Por tener, tiene hasta un tipo que juega con casco.

El Málaga, con la humildad de un recién regresado del destierro de Primera RFEF, avanza por la Segunda División con la valentía de no tener miedo a perder. Por eso solo ha perdido una vez en catorce partidos. "Los gladiadores están ahí", dijo el castellonense. Y ahí siguen, con los ojos inyectados en sangre esperando al sábado, para tumbar al teóricamente invencible Racing de Santander, líder del Imperio. 

Alineación del Málaga ante el Real Zaragoza en la jornada 15. (Foto: LALIGA)

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