David Larrubia, entre la lluvia de elogios y la exigencia de Pellicer: "El techo no lo tiene"
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Es un pilar del ataque malaguista, pero Pellicer le insta a seguir explotando mejor sus cualidades
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Fue uno de los más destacados del festín en La Rosaleda ante el Eldense
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Ya hace tiempo que el Málaga es Larrubia y diez más
"Mi evolución como futbolista está siendo despacio, pero con buena letra"., decía hace unas semanas David Larrubia, otrora promesa, ahora una realidad como uno de los pilares del presente y del futuro malaguista. Al menos hasta 2027, como dicta su contrato. Este miércoles volvió a ser de los más destacados del equipo en el triunfo por 3-0 al Eldense donde solo le faltó el gol para salir a hombros. Llegó a marcarlo, pero el VAR se lo arrebató por fuera de juego anterior de Dioni.
Hubo una escena en el partido que resume la importancia del diez del Málaga y la exigencia de Sergio Pellicer, que le gritó en una de sus habituales regañinas en una ocasión donde no decidió bien un pase a Dioni, que la pedía en carrera al espacio. "Era por una acción de tenía que haber jugado al primer toque en un desmarque de Dioni, pero los que toman decisiones son los jugadores", explicó el castellonense.
Pellicer le dedicó al malagueño un pequeño análisis en su rueda de prensa pospartido. "David sabe que ha hecho un gran partido, pero tiene que seguir mejorando. Esto va de continuidad, el rendimiento de actualiza. Y el sábado ya hay otro rendimiento", decía con vistas a la visita a Gijón. "Larrubia es de los que más me conoce. Sabe que soy muy pasional. A algunos les digo que no miren al banquillo y que estén tranquilos. Yo siempre intento buscar lo mejor para los futbolistas, ellos saben que a veces me enfado por nuestra exigencia".
"Si sigue así, que es un chaval joven y tiene que pasar su proceso, posiblemente dentro de tres años tendrá unos registros mucho mejores en goles y asistencias"
También lo elogió, a su manera, sin halagos excesivos y con una exigencia altísima. "David debe seguir trabajando. Ya estáis los periodistas y el público para elogiarlo. El techo no lo tiene. Si sigue así, que es un chaval joven y tiene que pasar su proceso, posiblemente dentro de tres años tendrá unos registros mucho mejores en goles y asistencias. Lo conozco desde pequeño y mi exigencia con él es brutal porque sé lo que puede dar".
Lo mejor de Larrubia parece que está por llegar. Lleva varias jornadas rozando el gol. El larguerazo en Burgos o el anulado ante el Eldense son ejemplos claros, pero son muchas las ocasiones que acumula. Ya lleva dos goles en liga más el que le anotó al Estepona en Copa. Ha sido titular en 15 de 16 partidos ligueros y con el rendimiento que está dando es difícil pensar en verle como suplente.
Larrubia ya previsualizó su explosión
Larrubia fue el primer jugador malaguista que inició la ronda de entrevistas de ElDesmarque en la actual temporada y dejó una interesante reflexión sobre sus expectativas de progresión en LALIGA HYPERMOTION tras lograr el ansiado ascenso.
"Creo que la categoría me va a ayudar a desarrollar mi fútbol. En Segunda puedo hacer las cosas que sé hacer mucho mejor. En Segunda puedo ser más decisivo. Lo he hablado con el mister, que confía mucho en mí. Puedo dar un salto de nivel. Yo creo que no nos va avenir grande el salto de categoría, tenemos la suficiente capacidad para dar ese salto. Si Pellicer, Loren y todo el club ha confiado en nosotros es porque ven que estamos preparados. Yo me veo bastante preparado", comentó en la citada entrevista,
A su parecer, influirían mucho los contextos de partido, más abiertos y menos cosificados que en Primera RFEF, con equipos echados atrás ante un Málaga que era un coco en la categoría, un rol muy distinto al de esta campaña en la selva voraz de Segunda División.
En la categoría de plata hay más espacios para la creatividad, y la calidad de los campos también ayuda a que el juego fluya más y mejor. Ahí se ven favorecidos jugadores como Larrubia, extremo con genética de enganche que está acentuando su progresión a pasos cada vez más firmes en el club de su vida.