Málaga CF: el peligro de las segundas vueltas y la lección del Dépor
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Quedan 21 jornadas, un mundo en una categoría donde se ha visto de todo: hasta descensos con 51 puntos
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La primera vuelta del Málaga fue de notable alto
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La cuesta de enero que le espera al Málaga CF
Año nuevo, pilas recargadas. El malaguismo está con ganas de más fútbol tras varios días sin el gusanillo de la rutina del balón. El entrenamiento a puerta abierta dejó constancia de que Málaga está más volcada que nunca con su equipo. Cerca de 7.000 personas fueron a La Rosaleda este viernes, para mostrar la admiración a la plantilla y, de paso, pedirle a Antoñito Cordero que se quede. Y desde ya, la mente en modo segunda vuelta.
"Se han aprovechado las vacaciones, pero sabemos que ahora toca una segunda vuelta muy exigente. ¿Un deseo para el 2025? Seguir soñando. Por el momento creo que estamos en el buen camino" decía recientemente Einar Galilea, voz autorizada en el vestuario, en declaraciones al club.
Ya lo advertió el propio Sergio Pellicer una vez se clausuró la primera parte del campeonato con los 30 "puntazos" en el bolsillo, pero todavía con mucho por hacer. "Que nadie se vaya flipando, tenemos claro nuestro objetivo. Esta categoría te lo pone muy difícil. En cuanto subes un poquito la cabeza arriba te la agachan. Marcamos una gran diferencia con el descenso e imagino que estaremos cerca del play off. Pero partido a partido. La ilusión no hay que pararla".
Lo que el Málaga proyecta en sensaciones y en lo puramente clasificatorio es una permanencia medianamente tranquila allá por el mes de junio. Han conseguido, virtualmente, más del 50% del objetivo, que suele rondar los famosos cincuenta puntos. Pero hay ejemplos que tiran abajo la regla y experiencias que conviene recordar para llegar a una conclusión tan tajante como obvia: la Segunda División no se decide en 21 partidos.
Para muestra, lo que sufrió el propio Málaga en la temporada 2021/22, la que empezó con José Alberto López, continuó con Natxo González y terminó con Pablo Guede. Ese año, el equipo terminó la primera vuelta con 27 puntos, tres menos que en la actualidad, pero en la segunda mitad del campeonato amagó con el descenso. Sumó apenas 18 puntos en 21 partidos, números de equipo descensor, y se salvó de rebote con 45 puntos.
Si no llegar a ser por las derrotas de Amorebieta y Real Sociedad B en la penúltima jornada, el Málaga hubiera bajado a Primera RFEF ese año. Lo haría en el siguiente y con méritos propios. Nadie olvida cómo el Málaga, con Guede, caía en La Rosaleda ante el Burgos (0-1) y su público local acabó celebrando un gol del Huesca al filial de la Real Sociedad en un 3-2 que confirmaba la salvación matemática para los malacitanos.
El ejemplo del Dépor y los 51 puntos amargos
El Málaga, con una segunda vuelta parecida en cuanto a rentabilidad de puntos, no tendría problemas en ser otro año más de Segunda División. Por ejemplo, en la campaña 2020/21 hizo 28 puntos en la primera vuelta y acabó duodécimo con 53 puntos, siete por encima del descenso. Pellicer, con unos pocos retales y bordeando la alineación indebida, logró el más difícil todavía.
En la 2019/20, con Víctor Sánchez del Amo, terminó las 21 primeras jornadas con 22 puntos y acabó con Pellicer logrando el milagro de la salvación con 53 puntos en la temporada donde más caro estuvo la permanencia.
Que se lo pregunten al Deportivo de la Coruña, que lo comprobó en primera persona en el fútbol pandémico. Bajó a Primera RFEF con 51 puntos, los mismos que la Ponferradina, que le ganó el golaveraje y acabó mandando al pozo a los coruñeses. El Numancia también descendió pese a sumar 50 puntos. La famosa regla de los cincuenta no siempre se cumple. Un peligro que puede tener esta edición presente de la Segunda División con tantos históricos en liza.