La renovación de Antoñito Cordero: cómo lo hizo el Dépor con Yeremay y David Mella
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El Málaga persigue el acuerdo para una ampliación de contrato con un salario importante y una cláusula de rescisión mucho mayor
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El Deportivo sigue recibiendo una ola de interés por Yeremay, la joya del equipo
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"¡Cordero, quédate!": el baño de masas de un ídolo llamado Antoñito
El Málaga sigue con el tira y afloja con la agencia de Antoñito Cordero para lograr la renovación del futbolista jerezano, una situación enquistada desde hace meses y con varios obstáculos por el camino. Hay hermetismo en el club, aunque hace varios meses filtraron que el entorno de Cordero no se había sentado a negociar aún. Desde entonces, sí hubo avances con otra oferta del Málaga, que está dispuesto a convertirle en uno de los mejores pagados de la plantilla. Su caso recuerda al de dos canteranos que sí decidieron firmar su ampliación de contrato con el Dépor: Yeremay y David Mella.
El nombre de Yeremay está en boca de todos en los últimos días. Está en la agenda de decenas de equipos de toda Europa, como el Nápoles o incluso el Chelsea, que ha ofrecido diez kilos por él. La cláusula de rescisión del extremo canario es de veinte millones de euros. El jugador sembró las dudas de su continuidad recientemente, en la zona mixta de La Rosaleda después de su recital contra el Málaga: "Ojalá me pueda quedar, pero no lo sé. No voy a dejar el Dépor por cualquier cosa. Si lo dejo, será para dar un paso más en mi carrera", expresó.
Yeremay (22 años) renovó hasta 2030 con el Deportivo. Una apuesta fuerte de futuro con unas condiciones de potencial jugador de Primera División, nivel élite. Es uno de los futbolistas con mayor proyección a nivel nacional, por eso el club coruñés le ofreció una ampliación de contrato antes de lograr el ascenso a Segunda, con una subida salarial importante y una cláusula alta para, en caso de que algún club quiera llevárselo, deje en las arcas un pastizal. Mínimo, veinte millones.
Algo parecido ocurrió con David Mella (19 años), su homólogo en la banda contraria, que renovó el pasado mes de noviembre hasta 2029. Su situación es más tranquila: ha confirmado a este periódico que su intención es continuar en el Deportivo, al menos, hasta verano. Pero es otro futbolista con potencial para dar el salto en Primera más pronto que tarde. Lo sabían en A Coruña, que fijaron una cláusula de salida similar a la de Yeremay: veinte millones de euros que ascienden a treinta en caso de ascenso a Primera.
El Málaga pretende hacerlo con Antoñito
En el Barça, único postor en hacer oferta por escrito el pasado verano, e incluso el Real Madrid -además de otros equipos extranjeros- vigilan la situación de Antoñito con el interés de llevárselo. Pero, de momento, el Málaga sigue esperando respuesta de sus agentes y el jerezano solo se limita a hablar en el campo. En el último partido, precisamente contra el Deportivo, aportó su quinta asistencia de la temporada para servir a Chupete en su debut goleador.
La cláusula del héroe del ascenso en Tarragona es de tres millones de euros y su contrato acaba en junio de este año. Es un caramelo en el mercado y desde el 1 de enero es libre para negociar con otros clubes una salida para el próximo verano.
En el Málaga pelean por ampliar el contrato, lograr que a sus 18 años continúe creciendo con un rol importante en el equipo de Pellicer y que, cuando llegue el momento idóneo, salga del Málaga dejando un legado y varios millones de euros en caja. Isco Alarcón, por ejemplo, renovó en enero de 2013 con una subida de cláusula de 21 a 35 millones de euros y ese verano se marchó al Madrid, que tuvo que pagar 30 millones.
Yeremay y Mella quisieron quedarse en el Dépor para ser los buques insignias del club en la actualidad y, en caso de hacer las maletas, no hacerlo a cualquier precio. ¿Querrá hacer lo propio Antoñito? De momento, sus únicas palabras fueron hace unos meses en una gala de la APDM donde recibió el Premio a la Proyección Deportiva: "Ahora mismo estoy en el Málaga, intento disfrutar cada día. Así que bueno, lo que tenga que pasar, que pase". El malaguismo, en vilo por su futuro, le gritó con todas sus fuerzas un "Cordero, quédate" en vísperas de Reyes, como pidiendo un deseo en voz alta a la espera de que se cumpla.
La diferencia con Isco es que es malagueño y Antoñito no.