El Chelsea dio la campanada en el último mercado de fichajes de invierno al comprar jugadores por un valor total de 329 millones de euros. Entre los más importantes destacó la contratación de Mykhaylo Mudryk, fichado del Shakhtar por 70 millones, o la de Enzo Fernández, que aterrizó en Londres después de pagarle 121 millones al Benfica. Ahora, el club de Todd Boehly vuelve a estar en el centro de muchas polémicas por un posible conflicto de intereses.
Los 'blues' están vendiendo o tienen la intención de vender a muchos jugadores de la plantilla a clubes árabes, como son Aubameyang, Koulibaly, Ziech, Mendy y Lukaku. Todo sin contar a N'Golo Kanté, que ya es jugador del Al Ittihad.
En Arabia Saudí, los cuatro clubes más importantes de la liga nacional, entre estos el Al Nassr de Cristiano Ronaldo y el ya mencionado Al Hittad, pertenecen en un 75% al fondo soberano árabe, es decir, al Estado.
La polémica surgió porque el fondo soberano nacional, el mismo que en la temporada pasada compró el Newcastle, está gestionado por el grupo estadounidense Clearlake Capital Group.
CBS Sports, una de las webs de información deportiva más importantes de Estados Unidos, ha publicado recientemente una investigación sobre que Clearlake forma parte del consorcio propietario del Chelsea, consorcio del que también forma parte Mark Walter, Consejero delegado de Guggenheim Partners, una empresa mundial de servicios financieros con aproximadamente 310.000 millones de dólares gestionados y cofundador de Liberty Hampshire Company, una empresa de gestión de inversiones.
De esta manera, el club podría vender a empresas "afines" los jugadores que ya no entran en sus planes, obteniendo una suma de dinero mucho más elevada respecto a la que otros clubes europeos podrían ofrecer por los citados futbolistas.
Así, la propiedad del Chelsea podría refinanciar nuevo mercado como líderes incontestables. Se presenta un verano movidito en Londres. Por ahora, se han gastado otros 60 millones en Christopher Nkunku.