No están siendo, ni mucho menos, lo esperado. Las dos primeras ofertas que el Sevilla ha recibido por Bono, la del Bayern, por poco más de ocho millones, y la del PSG, de 12 kilos, son insuficientes por el momento, complican a los de Nervión... y recuerda a una delicada situación vivida hace algunos veranos con Ben Yedder.
Wissam Ben Yedder, tras una excelente temporada, parecía estar preparado para dar el salto a un top europeo. El Sevilla arrancaba una nueva etapa bajo las órdenes de Julen Lopetegui y el punta francés, a pesar de ser el máximo goleador del equipo, parecía haber finalizado su ciclo en Nervión.
Lo económico primaba y la reestructuración que Monchi quería regalarle a Lopetegui necesitaba un impulso con nombre y apellidos: Wissam Ben Yedder.
El mercado de delanteros se movió, los nombres iban saltando y el del pequeño francés aparecía siempre en segundo plano, sin una oferta convincente, sin llegar a lo que ni él, ni el Sevilla esperaban.
Finalmente, Ben Yedder se fue en una operación, al parecer, paralela a la que trajo, a un Rony Lopes que nunca llegó a brillar en el Sánchez-Pizjuán.
¿Les suena la historia?
Bono, a sus 32 años, sigue siendo fundamental en el Sevilla, pero con Mendilibar y su afán por Dmitrovic, su ciclo parece haber terminado en Nervión. El marroquí, tras un excelente Mundial, parece preparado para un top europeo, y aunque el baile de guardametas ya ha comenzado, su nombre siempre aparece como segunda o tercera opción, con ofertas -como las mencionadas- sin llegar ni a lo que él, ni a lo que el Sevilla, esperan.
Ahora es Víctor Orta el que necesita ese impulso económico para reestructurar el proyecto de José Luis Mendilibar. Ahora es Bono el que pone nombre y apellidos a la operación.
Y ahora, otra vez, en Nervión parece que la operación se está complicando en demasía y que tocará inventar para intentar hacer buena la salida del internacional.
Mendilibar para lo bueno y para lo malo, se lo ha ganado. Lo que no ha ganado ni ganará es su apuesta por Dimitrovic antes que Bono. Esa no se la cree ni el, y si se lo cree, malo para el Sevilla y malo para el.
Seguimos igual, vendemos los que valen algo, nos quedamos con una plantilla para jugar con el Córdoba o el Ceuta y con unos canteranos que no aprovechan las pocas oportunidades que tienen. Se dislumbra un año muy negro.