El Barça vive en alerta por la situación de Ousmane Dembélé. El francés tiene una cláusula de sólo 50 millones de euros hasta el 31 de julio y, pese a que todo parecía tranquilo, el PSG ha entrado con fuerza en una operación que tiene un límite de 48 horas. Y es que a partir del 1 de agosto, esa cláusula ascenderá a los 100 millones.
Según informa el diario Sport, Deco ya estaba muy preocupado desde su llegada a la dirección deportiva por la situación del extremo. Sabía que la cláusula era muy baja y que había un riesgo serio de que algún equipo de primer nivel la pague antes del mes de agosto. El PSG podría ser ese equipo y en Francia incluso lo han llegado a dar por hecho, aunque en la Ciudad Condal las aguas están más tranquilas de momento.
El problema para el Barcelona es doble. En primer lugar, en términos deportivos porque Xavi Hernández perdería al jugador en el que más confianza tiene. Habría sustitutos, eso sí, pues Ferran Torres y Ansu Fati no se quieren mover del equipo y Raphinha, de momento, tampoco. A ellos se añade además el regreso de Ez Abde, a gran nivel en su primer partido de pretemporada.
Pero es que más allá de lo deportivo, en lo económico tampoco sería una operación demasiado beneficiosa. Dembélé firmó hace un año en su renovación que si se marchaba por 50 millones, él mismo se embolsaría la mitad de esa cantidad ya que rechazó la opción de cobrar una prima de renovación.
Es decir, que si el PSG paga los 50 millones de la cláusula de Dembélé en las próximas 48 horas, el jugador se llevará 25 millones y el Barça sólo ingresaría los 25 millones restantes. Una cantidad demasiado pobre para el jugador más desequilibrante de la plantilla.