Fichado, talento a la altura de Bellingham y proyección sin límite, el Barça se lleva el pulso

El Real Madrid se relame con Jude Bellingham, que se ha convertido en la gran estrella del equipo en sus primeras semanas en la disciplina. Los tres goles y dos asistencias en apenas dos encuentros le han servido para demostrar que es un fuera de serie, y que la inversión de más de 100 millones de euros que Florentino Pérez ha realizado está totalmente justificada, y pronto pasará a estar amortizada. Ahora mismo, es imprescindible para Carlo Ancelotti.

Se ha ganado a pulso ser considerado como uno de los referentes del proyecto, y a la espera de que llegue un galáctico como Kylian Mbappé, es el crack que genera más ilusión en la afición. En el Santiago Bernabéu lograron avanzarse al Liverpool, al Paris Saint-Germain, al Bayern de Múnich o al Manchester City, y hacerse con los servicios de un futbolista que está destinado a marcar una época, y ser uno de los mejores de todos los tiempos.

Pero en el Barça también están esperanzados con la evolución de una joven promesa que aterrizó hace escasas semanas, y que no ha tardado en dar muestras del increíble potencial que atesora. Hablamos de Noah Darvich, por el que pagaron tres millones de euros al Friburgo, más otros dos en variables. Una inversión significativa, si tenemos en cuenta que se trata de un futbolista sin ningún tipo de experiencia en la élite, y del que se conocía poco.

Aún y así, los informes elaborados por los ojeadores recomendaron a Joan Laporta lanzarse sin pensárselo dos veces a por el media punta alemán, que pese a estar en edad juvenil, ya que solamente tiene 16 años, ya se encuentra en dinámica con el filial. Y se espera que entre en los planes de Xavi Hernández, y se convierta en un habitual en los entrenamientos con el primer equipo, e incluso logre colarse en más de una convocatoria.

Hasta entonces, tendrá que hacer méritos en Primera RFEF. Pero las sensaciones que ha dejado por ahora son muy esperanzadoras, y en el Camp Nou creen haber encontrado a su ‘particular’ Bellingham, según relata ‘Don Balón’.