Una hoja de ruta definida. Del Nido Carrasco, presidente del Sevilla, reconocía la pasada Semana Santa que, tras las primeras reuniones con mirada al futuro, ya habían apuntado los principales errores cometidos durante los últimos años y las claves para la nueva plantilla. Dicho plantel, como adelantaba el máximo mandatario de la entidad en su primer día ante los medios de comunicación allá por enero, deberá tener dos grandes deseos que tendrá que gestionar Víctor Orta.
Aseguraba, en su primera rueda de prensa como presidente, Del Nido Carrasco que su intención era darle su "propio sello" al Sevilla y que, para ello, quería formar un equipo con "más juventud, más cantera, con 21-22 profesionales".
Concretamente, el presidente habló de tres canteranos, como mínimo, en el equipo, algo que actualmente, con Juanlu, Kike Salas e Isaac Romero, además de los Jesús Navas y Sergio Ramos, bien que cumple, pero que deberá gestionar de cara al verano, ya que jugadores como el ex del Mirandés o el punta recién llegado al primer equipo bien podrían salir.
El siguiente deseo será mucho más complicado de gestionar. Del Nido Carrasco quiere plantillas "más eficientes", como señalaba recientemente, es decir, que consuman menos y rindan igual o mejor que los actuales. El Sevilla, desde hace años, arrastra plantillas de casi 40 profesionales y la idea de la entidad no es otra, como sucedió el pasado año, que reducir mucho el número de contratados. Este verano podrían darse más de 15-20 salidas.
Víctor Orta ya lo sabe y desde hace meses trabaja con su equipo, y a la espera de elegir al nuevo entrenador (Quique Sánchez Flores sigue teniendo mínimas opciones), ya conoce las primeras claves de cara al nuevo curso.