Gonçalo Paciencia ha cerrado una complicada temporada en la Bundesliga. El delantero portugués jugó cedido en el Bochum el pasado curso por el Celta de Vigo. Con pocos minutos sobre el césped y luchando hasta el pitido final por evitar el descenso su regreso a Vigo es un nuevo problema para la dirección deportiva celeste. Una operación realizada hace dos campañas por Luís Campos que ha resultado una auténtica ruina en términos económicos y deportivos. Ahora la dirección deportiva encabezada por Marco Garcés debe encontrar destino a un delantero que aún tiene contrato en vigor. Un problema mayúsculo que se suma a la larga lista de trabajos pendientes que tiene el club este mercado de fichajes.
El Celta firmó a Gonçalo Paciencia en los últimos días del mercado de fichajes del verano de 2022. El luso debutó, sin entrenar, en el Memorial Quinocho ante el Al Shabab de Vicente Moreno con un gol. Los vigueses, como relevaron después en sus cuentas anuales, pagaron 790.000 euros al Eintracht Fráncfort por su fichaje.
Sus problemas físicos fueron una constante en su año en Vigo. Eduardo Coudet encontró serios problemas para afrontar su preparación. Necesitaba más fondo y ritmo pero si endurecían sus entrenamientos no era capaz de responder. Sin capacidad física para afrontar grandes esfuerzos se convirtió en un jugador de rotación.
Cerró el curso jugando 644 minutos en Liga repartidos en 25 partidos. En ellos marcó dos goles. También sumó un tanto en Copa del Rey. Su rendimiento ni se acercó a la apuesta que hizo el Celta por el jugador luso. Con una ficha que supera el millón de euros netos por temporada en el club creyeron haber encontrado un futbolista que podría pelear por un puesto en en la selección de Portugal.
Sin hueco en la plantilla confeccionada el pasado verano tras el fichaje de Tasos Douvikas el club le encontró equipo en las últimas horas del mercado. Strand Larsen y el griego le iban a privar de tener alguna oportunidad en el primer equipo. Cedido al Bochum en la Bundesliga tampoco ha cuajado una buena temporada.
En un equipo de la zona baja solo ha disputado 643 minutos en 19 partidos. Sus tres goles y una asistencia son su tarjeta de presentación. El Celta quiere encontrarle destino antes del 30 de junio. Todo lo que liberen antes de esa fecha computará en el límite salarial. A partir de julio, según las tablas que LaLiga, solo se podrá computar un porcentaje.
Con una ficha altísima la misión a la que se enfrenta la dirección deportiva se antoja titánica. El delantero no cuenta en los planes del cuerpo técnico comandado por Claudio Giráldez. Con contrato hasta junio de 2025 el club se verá obligado a buscarle una cesión para este curso o acordar la rescisión con el futbolista.
La rescisión de su contrato supondría el pago de un porcentaje de su ficha, algo que en A Sede quieren evitar a toda costa para no afectar al límite salarial. Dan por sentado que no habrá una sola oferta de traspaso por el delantero portugués. Un futbolista que desde la temporada 2015/16 no ha sido capaz de jugar más de 1.400 minutos en Liga en todos los clubes donde ha estado en Portugal, Alemania y España.