Claudio Giráldez no cuenta con Unai Núñez y Carles Pérez. Dos de las apuestas más importantes de la anterior directiva están en el mercado. Ambos tienen un difícil encaje en el estilo de juego que quiere desarrollar el joven entrenador porriñés. Por ello la dirección deportiva del Celta de Vigo busca de forma activa compradores en el mercado de fichajes. Una tarea complicada ya que tanto Unai Núñez como Carles Pérez tienen dos de las fichas más importantes de la plantilla.
Con el defensa central existe además el problema de cerrar este mismo verano su compra tras dos años cedido por el Athletic Club. Este acuerdo, heredado de la gestión de Antonio Chaves, anterior director general, y Luís Campos, asesor deportivo, obligó al club vigués a pagar en este mercado alrededor de cuatro millones de euros. Junto a los abonos de las dos cesiones la operación se cerró en unos siete millones de euros.
En el Celta confían en poder traspasar a Unai Núñez el mismo verano en el que han tenido que cerrar su compra. El jugador tiene un contrato largo, de cuatro temporadas. Además su ficha es importante. Esto reduce el número de equipos que pueden hacerse con sus servicios tras dos temporadas en el Celta de Vigo donde contó con la confianza plena del Chacho Coudet, Carlos Carvalhal y Rafa Benítez.
Con la llegada de Claudio Giráldez su rol pasó a ser secundario. El Celta del técnico porriñés juega con muchos metros a su espalda. Ese es uno de los puntos débiles del vasco. Por ello no encaja en los planes del entrenador que en los 10 partidos al frente del primer equipo solo lo alineó como titular en cuatro encuentros.
En el caso de Carles Pérez su alta ficha también es un hándicap para encontrarle equipo. El Celta busca comprador tras pagar más de cinco millones de euros por él en el pasado verano. La presencia de varios futbolistas que ocupan el puesto en el carril derecho provoca que no vaya a tener muchos minutos de juego.
Claudio Giráldez lo recuperó tras muchos meses de ostracismo bajo las órdenes de Rafa Benítez. Las lesiones impidieron que tuviese más minutos en el tramo final de temporada. En el club creen que lo mejor para ambas partes es separar sus caminos tras dos años en los que no ha estado al nivel de las expectativas que generó su cesión y posterior fichaje.