La intrahistoria del último día del mercado de fichajes para Loic Badé

Las miradas, durante gran parte de la última jornada de inscripciones en España, se fijaron en Lucas Ocampos y su acuerdo con Rayados para dejar el Sevilla, pero las oficinas del Sánchez-Pizjuán también tuvieron que trabajar, estudiar y analizar la situación de otro futbolista como Loic Badé. El central francés, que seguirá en el club a pesar del interés de la Roma, vivió la jornada atento a su teléfono, con conversaciones constantes y un final de la mano de la entidad que le ha permitido volver a la élite.

Las relaciones entre el club, directiva y dirección deportiva, con Loic Badé son, cuanto menos, notables. Ambas partes entendieron a principio de verano que se encontraban en un momento importantísimo tanto para la entidad, que necesitaba regenerar el vestuario y conseguir cash, como para el futbolista, que tras recuperar su mejor nivel podía ir a los Juegos Olímpicos y colocarse directamente en el escaparate.

El Sevilla, que podría haberse negado, le dejó ir con su país, entendió que era la manera idónea tanto para contentar al jugador, que podría llegar a la absoluta tras sus buenas actuaciones en verano, como para conseguir mejores ofertas por un chico joven, con gran proyección pero en un club con rendimiento nefasto.

Loic Badé y el Sevilla, en constante comunicación

Lo de los Juegos Olímpicos salió bien, muy bien podría decirse. Loic Badé rindió a la perfección y muchos clubes pusieron sus ojos sobre su figura. El Hoffenheim y el Stuttgart, ambos alemanes, fueron los primeros. Ofertaron por él, llegaron a los 20 millones solicitados por el Sevilla, pero Orta y su equipo siempre fueron de mano del central: si él aceptaba las ofertas, saldría; si no, se quedaría.

Badé consideró que ninguno de los dos equipos, ni sus ofertas, le atraían en demasía y no veía con malos ojos, a pesar de todo, seguir en el Sevilla: se sabía importante y Pimienta le había mostrado su confianza. Estaba llamado a ser el líder de la defensa.

La Roma 'destrozó' la seguridad del francés

Pasaban los días y el jugador aseguraba, incluso públicamente, que seguiría en el Sevilla. No tenía ofertas interesantes y tenía la decisión prácticamente tomada... hasta que llegó la Roma.

El conjunto italiano se interesó por él en el último día de mercado, De Rossi necesitaba un central de garantías y el francés era el elegido. Los italianos sí atraían a Loic Badé, el conjunto ex de Mourinho sí despertó el interés del zaguero, pero ahora tocaba escuchar al Sevilla.

La Roma ofreció la misma cifra que hiciesen otros semanas antes, incluso un poco más, pero el Sevilla lo tenía claro: Loic Badé no costaba lo mismo el 15 de agosto que el 30, ya que su sustituto no valía igual el 15 que el 30.

El futbolista, que en ese momento sí veía con buenos ojos jugar en Italia, lo entendió. Charló en varias ocasiones con sus agentes y con los principales responsables del Sevilla y comprendió que al igual que la entidad respetó su opinión con ofertas previas -y muy buenas para la economía blanquirroja-, él tenía ahora que respetar a los del Sánchez-Pizjuán.

Con buena sintonía, ambas partes decidieron seguir su camino. La Roma no acabó de pujar con firmeza y el futbolista, a pesar de las dudas, se mostró feliz, orgulloso y preparado, ahora de manera definitiva, para ser el líder de la defensa del Sevilla.