La MLS regresaba esta semana a la competición con la vuelta del Inter de Miami de Leo Messi. Un club en el que han conseguido el fichaje de un cuarto exazulgrana como es el charrúa Luis Suárez. Sin embargo, lejos de coger protagonismo el triunfo del equipo de Florida en su primera jornada, lo ha tenido la huelga de los árbitros de la liga.
De hecho, uno de los componentes por los que se ha llevado al lock-out por parte de los colegiados. La llegada de jugadores de talla mundial como el argentino, Luis Suárez y Sergio Busquets, entre otros ha hecho que los ojos se inclinen al otro lado del charco. Sin embargo, ha hecho que la distancia entre los jugadores y sus jueces de campo se haya disparado.
Algo que, según The Guardian, tuvo lugar tras la votación que tuvo lugar en la Asociación de Árbitros de Fútbol Profesional (PSRA). Un 95,80% de los votos del 97,8% de los 260 miembros del sindicato que estuvieron presentes en la votación. Una presión económica por la que, según el presidente y principal negociador de la PSRA, Peter Manikowski, "la MLS está sacrificando la calidad de juego para lograrlo". "Lo llamamos como es, y esto es una falta", señaló en este respecto.
El sindicato también ha alegado prácticas laborales injustas contra la MLS y la Organización de Árbitros Profesionales. Desde la patronal rechazó el acuerdo debito al intento de la MLS y el PRO en la búsqueda de que no tuviera lugar el cierre patronal. En él, se expone que llegó la negativa por la congelación de salarios, revirtiendo las protecciones de seguridad laboral y no abordar cuestiones como los salarios, cargas de trabajo y viajes.
Por ello, si bien comenzó en la fecha prevista la temporada de la MLS, con árbitros de reemplazo. Algo que se señaló que peligraba la integridad de los jugadores de la liga.