El crecimiento del fútbol femenino es innegable. La selección española de fútbol femenino consiguió este sábado su primera victoria en una Copa del Mundo de fútbol. El hito se consiguió en el gran estadio de Océane, que albergó unos 12.000 espectadores y estuvo a la altura de una cita de tal envergadura.
Ya desde primera hora de la mañana, Le Havre estaba vestida de gala para recibir el primer encuentro de esta Copa del Mundo que tiene lugar en la ciudad. Cualquiera que anduviera por las calles de esta ciudad costera no se le escapaba que este sábado iba a ocurrir algo grande. Los periódicos daban en sus portadas el gran triunfo de anoche de la selección francesa ante Corea del Sur. El fútbol femenino estaba presente en cada rincón.
También en el estadio de Océane. Miles de niñas recorrían los alrededores del estadio, vestidas con sus equipaciones y soñando con estar algún día en el escenario que esta noche ha pisado la selección española.
Un escalón por arriba, las once jugadoras elegidas por Jorge Vilda para la cita ante Sudáfrica saltaron a un césped que ya aplaudía su entrada desde el calentamiento. Estas futbolistas ya saben lo que es jugar en un gran escenario, lo que es jugar una final de Champions o una final de Copa. Ya han hecho vibrar en más de una ocasión a miles de aficionados. Y esta noche, en su debut mundialista, no iba a ser menos.
A pesar de que todo comenzó un poco gris para la selección. Las jugadoras de Vilda no renunciaron a su estilo y su juego hizo vibrar a los aficionados que copaban las gradas del estadio luso. Una remontada conseguida a base de orgullo y coraje que todo el estadio celebró por todo lo alto.