Todo vale para afrontar el reto más importante de la selección femenina de fútbol. Las internacionales de Jorge Vilda llevan concentradas desde el pasado 30 de junio y desde entonces han pasado muchas horas, muchos días solo pensando en tácticas, partidos, entrenamientos...
23 días han pasado desde entonces. El reto no está siendo fácil. La concentración tampoco. Por eso, el equipo también necesita desconectar. Y cargar pilas para llegar al 100% ante Estados Unidos. No pensar durante unas horas en fútbol. Y esta mañana lo han vuelto a hacer.
Las internacionales han tenido tiempo de levantarse, desayunar y realizar una reunión técnica. Después tiempo para descansar y dar una vuelta. Tiempo para pasar un rato con la familia, amigos o simplemente pasear por las calles de esta bella ciudad francesa. Y por la tarde, vuelta a los entrenamientos. Por fin Jorge Vilda pudo disponer de todas sus jugadoras. Marta Corredera volvió al césped después de haber estado al margen en la sesión anterior. Y lo hizo justamente en el césped donde se entrenó previamente el combinado de Estados Unidos, su rival en los octavos de final del Mundial de Francia.
Anecdóticamente, la salida del autobús de las jugadoras estadounidenses se produjo poco antes de que las españolas llegarán al lugar de entrenamiento. Fruto de la casualidad, o no, porque sus hoteles están separados por apenas 400 metros en el centro de la ciudad.
Aquí todo cuenta. Bien lo sabe el staff técnico, que el otro día se desplazó al completo hasta Le Havre para ver en directo ese encuentro de Estados Unidos ante Suecia en el estadio de Océane. Ya entrenó La Roja con el balón de los octavos de final, el Tricolore 19 de Adidas, inspirado en el diseño del Mundial masculino de Francia de 1998. Aunque si hay un detalle que cuenta es la posesión. Vilda lo sabe, si trabajas para tener el balón, ellas lo tendrán un poco más difícil para marcar.