Irene Guerrero se acaba de proclamar campeona del mundo y ha recibido un homenaje en Sevilla. Ahí ha hablado de lo conseguido y también de toda la polémica que ha rodeado al título con el caso de Luis Rubiales y también de la huelga de hambre de su madre.
La jugadora se ha mostrado comprensiva con la progenitora y prefería no meterse en ese asunto como se puede ver en el video superior.
En un acto en el que estuvo acompañada por su familia, amigos y jugadoras de sus antiguos equipos, además del director de Relaciones Externas e Institucionales del Real Betis, Rafael Gordillo, el alcalde hispalense, Jose Luis Sanz, anunció la concesión de estas distinciones a Irene Guerrero, como hizo el lunes con su compañera Olga Carmona y que deberán ser aprobadas por el pleno, y le entregó una estatuilla del Giraldillo, la veleta que corona la Giralda.
Irene, de 26 años y tercera capitana de la selección española, dio las gracias al Ayuntamiento sevillano y a todas las instituciones presentes por brindarles "este increíble homenaje, porque su apoyo no sólo representa el reconocimiento" a su "esfuerzo, sino que también es un símbolo de que el deporte femenino está ganando la atención y el respeto que merece toda nuestra sociedad", recalcó.
La campeona del mundo reiteró que "no sólo" está "aquí como una futbolista que ha ganado un título, sino como una representante de los sueños de las más pequeñas, como un ejemplo de que con determinación y trabajo cualquier meta es posible".
"Este título es de toda nosotras, y de cada persona que no ha dejado de creer y han compartido este viaje a nuestro lado", subrayó.
En este sentido, alentó a seguir "construyendo un futuro del deporte femenino y demostrando que sigue rompiendo barreras y derribando estereotipos, donde el esfuerzo, la dedicación y la unión sean los pilares de nuestros logros, porque si nuestra historia -dijo- inspira a las pequeñas y a las próximas generaciones que quieran practicar deporte, habremos logrado algo más grande que cualquier trofeo."