Una pléyade de estrellas lucirá en cada uno de los 64 partidos del Mundial, pero habrá dos que sobresalgan del resto... por su edad. El colombiano Faryd Mondragón y el camerunés Fabrice Olinga serán el jugador más veterano y el más joven, respectivamente, en Brasil. 25 años de diferencia entre ambos, pero una misma ilusión: brillar en una cita mágica.
Mondragón cumplirá los 43 años en plena competición (21 de junio) y, de jugar, acabará así con el récord del también camerunés Roger Milla, que llegó a jugar con 42 años y un mes en el Mundial de Estados Unidos en 1994. El guardameta colombiano, que incluso se ha retirado de su equipo, el Deportivo Cali, colgará los guantes una vez que su Selección finalice su participación. Una convocatoria especial para Mondragón 20 años después de vivir su primera experiencia en un Mundial. En Francia'98 volvió a repetir... hasta ahora. Porque Colombia no logró el billete para las tres siguientes Copas del Mundo y repetirá las vivencias 16 años más tarde. Más tiempo aún que el suizo Alfred Bickel, que jugó el primer Mundial en 1938 y su último 12 después. "Me siento más feliz que cuando me llamaron por primera vez al de Estados Unidos”, ha comentado. Mondragón tiene por delante una gran oportunidad para demostrar que la edad, en el fútbol, no es lo más importante. Una oportunidad que a Fabrice le llega casi por sorpresa a sus 18 años recién cumplidos. El delantero camerunés es uno de esos JASP que ya se han dado a conocer en la Liga española y hasta ha participado en la Liga de Campeones. Ahora en el Zulte Waregem belga, el ex del Málaga podrá contar a sus nietos que durante un tiempo fue, y puede que lo siga siendo en esa fecha, el goleador más joven en Primera, gracias a un tanto al Celta con sólo 16 años y 98 días. Apadrinado por Eto'o, Fabrice espera rugir fuerte en Brasil para seguir haciendo historia, ahora también con Camerún: "Estoy muy agradecido por esta oportunidad. Puedo cumplir uno de mis sueños", ha admitido el jugador en su Twitter. El norirlandés Norman Whiteside seguirá ostentando el gran honor de ser el futbolista más joven en un Mundial (17 años y 41 días en España'82), aunque Fabrice quiere entrar en la historia de otra forma: ganando el campeonato.