El último, el sevillista Beto, que se marchó llorando del partido ante Ghana cuando apenas quedaban cinco minutos para el final. Le suplió Eduardo, hasat ese momento inédito en el Mundial de Brasil, pero con experiencia en otras grandes citas con su selección.
Y antes que Beto, el turno le tocó a Rui Patricio. Unas molestias musculares surgidas en el encuentro frente a Alemania le dejaron sin sitio en el siguiente ante Estados Unidos. Betos, que cumplió el segundo día, volvió contra Ghana, aunque el desenlace no fue muy feliz. Ni por su selección, que se marcha a casa antes de lo que pensaba, ni en lo personal, con una lesión que ya tuvo en Sevilla.