El vestuario de Argentina está feliz. Tras la clasificación para las semifinales todos son risas y carcajadas, casi una fiesta. Y mucha guasa. Por ejemplo, Ezequiel Lavezzi se mofó de su seleccionador, Alejandro Sabella, al emular la casi caída del técnico tras el disparo al poste de Higuaín en el choque ante Bélgica.
El delantero del PSG, ante la mirada y la posterior risa de sus compañeros, puso la nota graciosa del entrenamiento de un combinado que quiere volver a una final del Mundial 24 años después. Lo que no sabe si al propio Sabella le sentó bien la broma de su jugador.
Además, no es la primera vez, ya que el Pocho le tiró agua antes de entrar a sustituir a Agüero en el partido ante Nigeria.