Un argentino de 16 años murió a causa de un paro cardíaco cuando presenciaba los penaltis entre su selección y Holanda en una pantalla gigante en la ciudad de La Banda. Una tanda más fatídica que nunca.
Según las fuentes policiales, el joven se encontraba con un grupo de amigos cuando tras el primer penalti detenido por Sergio Romero dio un grito de euforia, se desplomó al suelo y quedó inconsciente. Sus amigos trataron de reanimarlo, pero la ayuda fue en vano y al final fue trasladado en una ambulancia al Hospital Antenor Álvarez. Los esfuerzos pos salvarle la vida fueron infructuosos.