El lobo Zabivaka, la mascota del Mundial de Rusia que luce pantalón corto y gafas deportivas, es la estrella en las tiendas rusas que venden productos oficiales de la gran competición que arranca el próximo jueves: "El peluche de Zabivaka es lo que mejor se vende. También las camisetas en las que aparece la mascota", señaló Angélica, dependienta de una tienda de regalos en la calle peatonal Arbat, la meca del turista en el centro de Moscú.
Además de los peluches y las figuras de plástico que reproducen a la mascota en distintas posturas -jugando al fútbol, haciendo malabares con el balón o celebrando gol- son muchos y variados los productos oficiales de la FIFA en los que aparece Zabivaka, cuyo nombre puede traduce del ruso como "el que marca".
Gorras, mochilas, tazas, bolsos, pegatinas, llaveros, imanes y hasta balones de fútbol: todos lucen la imagen del simpático lobo que le ganó la partida a otros candidatos a ser la mascota del Mundial, entre ellos el tigre siberiano, que parecía favorito pero que salió derrotado en una votación popular.
El logotipo oficial del Mundial -que muestra a la Copa del Mundo en rojo, el color ruso por excelencia, con la figura de un futbolista con los brazos en alto en señal de victoria en su interior- es otra imagen que triunfa entre los productos dedicados al Mundial.
Una camiseta roja con el estampado del logotipo llama la atención de dos jóvenes rusos que entran en la tienda de Arbat: "Es la primera vez que el Mundial se celebra en nuestro país. Es algo que pasa una vez en la vida. Creo que estos objetos los mostraremos a nuestros hijos y nietos dentro de muchos años".
Como no podía ser de otra manera, los balones de fútbol también ocupan un lugar destacado en las ventas a pocos días de que uno de ellos -el Telstar 18 que Adidas ha diseñado para este Mundial- eche a rodar sobre el césped del estadio Luzhnikí de Moscú, en el partido inaugural del próximo día 14. El innovador esférico está inspirado en el Telstar 1970, que fue el primer balón Adidas para la Copa del Mundo.
Botas de fútbol, zapatillas deportivas y chanclas; chándales, camisas y camisetas; mochilas, bolsos y gorras; chaquetas, pantalones y los uniformes de los equipos nacionales, y así hasta sumar más de 300 artículos en un desfile que evidencia que además de fútbol, el Mundial es un gran negocio.