Cuatro años después, el Mundial volvería a Europa. Inglaterra, Alemania y España presentaron candidatura para albergar la siguiente Copa del Mundo, aunque la española se retiró a pocos días de la votación. El país británico sería el vencedor, y el país que inventó el fútbol por fin acogería una Copa del Mundo, apoyado por el nuevo presidente de la FIFA, Stanley Rous.
Participaron diez equipos europeos (Alemania, Bulgaria, España, Francia, Hungría, Inglaterra, Italia, Portugal, Suiza y la URSS), cinco americanos (Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay) y Corea del Norte. Dicen que “quien hace la ley, hace la trampa”, refrán ratificado por este torneo. A pesar de contar con estrellas como Bobby Charlton, desde el principio se vio que aquella Copa del Mundo estaba amañada. En el plano arbitral, Inglaterra obligó a cada país a presentar dos árbitros, aunque la gran mayoría de partidos fueron arbitrados por ingleses.
Corea del Norte debutó en un Mundial eliminando a Italia tras vencer 1-0 con gol de Doo Ik Park, un dentista y militar que jugaba al fútbol de vez en cuando. Llegó a cuartos de final en su primera participación, en la que se enfrentó a Portugal. De hecho se pusieron ganando 0-3 y a punto estuvo de disputar las semifinales, pero Eusébio, con cuatro goles, y Augusto pusieron el 5-3 definitivo en el marcador que les mandaría a casa.
Brasil, la bicampeona y favorita, fue enmarcada con selecciones muy fuertes como la Portugal de Eusébio, Hungría y Bulgaria. De hecho en todos sus partidos fueron pitados por ingleses. Pelé fue gravemente lesionado contra Bulgaria y Brasil fue eliminada tras sufrir arbitrajes permisivos con la agresividad rival.
Incluso en la elección de las sedes y las fechas de los partidos hubo controversia. A las selecciones fuertes se les pusieron los partidos en días muy seguidos, y en sedes muy alejadas entre sí, todas fuera de Londres, mientras que Inglaterra siempre jugó en Wembley y con una distancia de cinco o seis días entre sus partidos.
En las semifinales la Alemania de Franz Beckembauer jugaría contra Uruguay, con un árbitro inglés, James Finney, e Inglaterra lo haría contra Argentina, con el alemán Rudolf Kreitlein pitando. En el partido de Alemania, Finney hizo la vista gorda con una mano alemana en boca de gol que salvó un gol uruguayo. Encima, a los charrúas les expulsaron a Silva y Troche. Por su parte, Kreitlein regaló el equipo a los ingleses.
La final, pactada desde el principio, fue Inglaterra-Alemania. Los británicos se impusieron por 4-2 en la prórroga del partido, con un tercer tanto ilegal. Un disparo de Geoffrey Hurst pegó en el larguero y botó fuera de la portería alemana, aunque el árbitro concedió el gol a los locales que, a la postre, les haría Campeones del Mundo.
Campeón: Inglaterra.
Subcampeón: Alemania.
Goleador: Eusébio.
Curiosidad: La selección norcoreana tenía unos requisitos muy estrictos para entrar, sus jugadores tenían que ser militares (tener el rango de comandante, como mínimo) y estar solteros.