Sochi (Rusia), 14 jun .- Ser portero es un asunto de familia para Alisson Becker.
Su bisabuelo lo fue en los años 40 del siglo pasado y su madre custodiaba los tres palos en sus tiempos de jugadora de balonmano.
Esa misma demarcación la ocupa el padre en sus partidos informales con amigos y, como para garantizar la continuidad de la tradición familiar, también comienza a proyectarse el hermano del número uno del Roma y la selección brasileña.
Alisson lleva sangre alemana en las venas, aunque nació con la 'guinga', esa suerte de cadencia con la que los brasileños explican la capacidad fina para dominar el balón y regatear sin despegarlo de sus botas.
En suma, es una mezcla de portero elegante y sobrio de corte europeo que bien pudo haberse dedicado a la moda y las pasarelas, con un jugador de potrero que sabe desgranar rivales en una sola baldosa como si fuera un delantero.
Nació el 2 de octubre de hace 25 años en la ciudad sureña de Nova Hamburgo, con marcada influencia cultural de inmigrantes alemanes.
Pero no siempre fue un príncipe azul para el fútbol.
Comenzó siendo, digamos, un patito feo, ya que de niño era bajito y regordete, dos características que antaño bastaban para ser condenado a ocupar la portería.
Pero con disciplina férrea y condiciones innatas, además del ADN familiar, se fue involucrando en el fútbol hasta convertirse en una suerte de "Pelé de los porteros".
Así le definió semanas atrás en la concentración en Teresópolis Claudio André Taffarel, titular de la selección que conquistó el Mundial de 1994 y entrenador de los guardametas de la selección Canarinha.
A días de debutar en un Mundial de fútbol, Alisson Becker es un hombre que demuestra admiración por un lado y envidia por otro pues pocos pueden sentir el privilegio de recibir tantos piropos como pretendientes, ¿y qué pretendientes!: Real Madrid, Liverpool...
"Es un fenómeno y puede marcar una era. Me recuerda a Dino Zoff", expresó el exentrenador de porteros del Roma Roberto Negrisolo.
Gianluigi Buffon también rasgó elogios como para sonrojar: "Ha sido una sorpresa solo para quien no lo conocía. Me gusta como convierte situaciones delicadas en insignificantes, eso demuestra su seguridad", afirmó.
El nacido en 1992, el mismo año de Neymar y Philippe Coutinho, ha sorprendido por su madurez y los reflejos felinos que ya causaron amarguras al Atlético de Madrid, el mismo Real Madrid, y el Chelsea.
A Sochi han llegado los rumores de que sus compatriotas Marcelo y Casemiro se han encargado de hablarle de lo que significa pertenecer al Real Madrid.
Y no ha ocultado su deseo de dejarse seducir por una invitación de la "casa blanca" del fútbol.
Se conjetura que sus derechos deportivos se negocian sobre la base de los 60 millones de euros.
"Estoy centrado en la selección. Llevo pensando en el Mundial desde que empezó la temporada. Es mi representante el que cuida de mis asuntos. Él habla con Roma y veremos qué pasa y qué es lo mejor", declaró el martes pasado el exjugador del Internacional de Porto Alegre.
Alisson se podría convertir en la alternativa para el equipo merengue y un competidor de nivel para el costarricense Keylor Navas, de 31 años.
Por ahora, el menos presionado con definir su suerte es Allison.
Él disfruta las horas previas a su primera Copa del Mundo y piensa, de momento, en lo que será aportar un gran título a la añeja tradición de porteros de la familia Becker.