Los 23 jugadores elegidos por Carlos Queiroz saltaron al terreno de juego en torno a las 15.30 horas local, escasos minutos después de que el técnico portugués y el capitán del equipo, Masoud Shojaei cumplieran con la reglamentaria rueda de prensa.
Cuando ambos entraron el estadio, jugadores y cuerpo técnico juntaron las manos en círculo y el grito "Irán, victoria" en farsí resonó como un estallido en las vacías gradas del espectacular coliseo.
Después, se dividieron en tres grupos por todo el terreno de juego, uno específico para porteros y dos rondos para que los hombres de campo atesoraran las primeras experiencias con el balón y la hierba, que parecía demasiado alta.
Fútbol tenis y otros ejercicios de precisión técnica compusieron una leve y relajada sesión poblada de risas y un excelente ambiente.
En la rueda de prensa previa, Shojaei aseguró que la plantilla "está ansiosa" por comenzar, convencida de sus posibilidades y que aunque no puede prometer la victoria, su compromiso es hacer mañana todo lo posible.
Queiroz, por su parte, admitió que será un partido duro, ya que los dos equipos buscarán la victoria para tratar de sacar ventaja a los favoritos, España y Portugal, que cierran mañana la primera jornada del Grupo B en Sochi.