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Casemiro, el hombre que traza una línea entre Brasil y los rivales

El versátil mediocentro del Real Madrid comenzó su andadura en el fútbol como un peligroso punta de lanza, o delantero central.

Nació con carrocería apta para ese trabajo pesado pues además de fuerza para arrastrar marcas y chocar con los centrales del frente, habilidad para regatear y envergadura para el salto gracias a su metro y 85 centímetros de estatura, aguantaba el castigo de tener que jugar muchas veces solo.

Distintas son las versiones para explicar por qué el exitoso atacante dejó de competir por la cima de las clasificaciones que premian a los goleadores para colgar el número 9 y enfundarse el 14 en el Real Madrid o el número 5 en la selección brasileña.

Algunos dicen que con el cambio ganó el fútbol pues el nacido el 23 de febrero de 1992 ha encontrado un rol que fue parece haber sido hecho a la medida: el de ancla en la mitad de la cancha.

Esta curiosa definición le permite a su equipo encontrar equilibrio sin partir líneas y mantenerse a flote a pesar de las turbulencias que pueden generar con la presión sus adversarios.

En esa línea se mueve Casemiro desde que el Real Madrid le puso los ojos, primero para darle horas de vuelo en el Castilla, el filial, y luego en el Oporto, y desde 2015 en la primera plantilla.

Pero sus dotes de organizador del juego, de una suerte de agente del tránsito del fútbol, que dicta el paso o cierra caminos, ya los venía enseñando desde 2011 en la selección brasileña.

Ahora con 26 años, el de San José dos Campos se precia de saber atraer los flashes de las cámaras, como suelen hacerlos los delanteros y goleadores, papeles que un día protagonizó.

Lo que le ocurre hoy es visto como un merecido premio a un chico que pasó enormes dificultades de pequeño.

"Mi madre tenía que trabajar y nos dejaba solos a mis hermanos y a mí. Dejaba la comida, llegaba del colegio y la calentaba para todos. Soy el hijo mayor y tuve que cuidar a mis hermanos hasta que ella volviera", declaró recientemente.

Esas habilidades de proteger con celo y método, sin duda influyeron en su forma solidaria de encarar el fútbol.

Con Casemiro en la cancha, el Real Madrid o la selección Canarinha tienen un líder que se para en la raya para frenar a los adversarios y a continuación se convierte en socio de todos.

Ya se fueron los tiempos del chico taciturno que habitaba uno de los barrios más pobres de Sao Paulo aferrado a su fútbol.

A pesar de que desarmar el juego del adversario es la primera responsabilidad del exjugador del Sao Paulo y el Oporto portugués, el exseleccionador Luiz Felipe Scolari ve en sus movimientos una calidad de jugador iluminado.

"El jugador que marca la diferencia en Brasil es Casemiro. Él le da equilibrio al juego de la selección porque es el jugador que permite que Marcelo, Neymar y los jugadores alegres tengan mayor libertad", dijo recientemente 'Felipao'.

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