"Asumo toda la responsabilidad por este resultado ante el príncipe heredero Mohamad bin Salman y los aficionados", afirmó en un comunicado difundido a través de su cuenta en la red social Twitter.
"Les hemos pagado todo y ellos han entrado en el campo sin esforzarse más de un cinco por ciento de lo exigido", subrayó el responsable.
Al Sheikh anunció, asimismo, que la autocracia wahabí denunciará a la cadena de televisión catarí BeIN Sports por los comentarios vertidos por uno de sus periodistas durante la retransmisión del partido, considerados tendenciosos.
"Las acciones legales necesarias serán emprendidas contra la cadena BeIN por sus ataques a Arabia Saudí, sus deportistas y funcionarios, y por explotar el deporte con objetivos políticos", explicó.
"Esto demuestra que las autoridades saudíes adoptan las medidas correctas cuando prohíben que esta televisión retransmita en su territorio", justificó.
Arabia Saudí rompió sus relaciones diplomáticas con el vecino reino de Catar y le impuso un bloqueo terrestre, marítimo y aéreo en junio de 2017 después de que le acusara de financiar el terrorismo de naturaleza yihadista en el mundo, medida que secundaron otros estados como Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Egipto.
Además, interrumpió las emisiones de la cadena de televisión por satélite catarí Al Yazira, matriz de BeIN Sports, la más vista en el mundo árabe-musulmán, tras criticar las buena relaciones de Doha con Irán.
Aún así, BeIN Sport, que realiza una de las coberturas más amplias y ambiciosas del mundial de Rusia 2018, es una de las televisiones que más se ven en Arabia Saudí a través de decodificadores pirateados.