Desde sus orígenes como selección en 1914, Brasil eligió el blanco, pero la inesperada derrota en 1950 hizo que se considerase una camiseta maldita, por lo que el Correio da Manha convocó un concurso, auspiciado por la extinta Confederación Brasileña de Deportes, para elegir otra, con una sola premisa; debía incluir los colores de la bandera: amarillo, verde, azul y blanco.
El ganador fue Aldyr García Schlee, que en 1953, con 19 años y experiencia como diseñador y caricaturista, fue el vencedor entre 301 participantes.
Su camiseta "verde-amarelha" -con el pantalón azul y las medias blancas- se impuso por la "armonía" que imponía en los colores y cambió el destino de la selección brasileña, ganadora de cinco mundiales (1958, 62, 70, 94 y 2002), que desde entonces también es conocida como la Canarinha.