París, 15 jun .- Europa no está aprovechando el altavoz que ofrecen los megaeventos deportivos, como la Liga de Campeones o los Mundiales de fútbol, para promover su unión y cohesión interna, según denuncia uno de los expertos reunidos esta semana por la universidad parisina de Nueva Sorbona.
El historiador Juan Antonio Simón Sanjurjo, profesor de la Universidad Europea de Madrid, lamenta que las organizaciones europeas no aprovechen el enorme interés que suscitan en la población estos acontecimientos deportivos para difundir su mensaje de unión y solidaridad.
"En un contexto de dificultades en el que hay muchas dudas de hacia dónde tiene que ir la UE -Brexit, nuevo Gobierno italiano o la situación de los inmigrantes-, sorprende que la UEFA y la UE desperdicien un espacio como la Liga de Campeones, que congrega a millones de personas delante de la televisión, para fortalecer la identidad europea", dijo Simón Sanjurjo en entrevista con Efe.
El experto intervino en un coloquio que se celebra esta semana en la Universidad de la Nueva Sorbona de París sobre "La Copa del Mundo de Fútbol, entre Europa y América", en el que destacados investigadores analizan desde el punto de vista político, económico e histórico los Mundiales de fútbol.
El profesor Simón Sanjurjo, que explicó durante el coloquio el papel desempeñado por la Copa del Mundo de 1982 en la Transición española, defendió el valor de los eventos deportivos para Europa.
"No hay que olvidar que la Copa de Europa de fútbol y de baloncesto nacen en ese contexto de construcción europea", recordó.
"Es una vitrina perfecta pues, si hay algo que nos une a los europeos, es el deporte; nos une Platini, Cruyff, George Best o Eusebio", añadió.
Preguntado por el impacto que el Mundial recién inaugurado en Rusia puede tener en la evolución política del país, el historiador reconoció que "la organización de este tipo de eventos pone en el punto de mira de los medios al país organizador".
Esta semana, precisamente, Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha lanzado una campaña en la que reclama, con ocasión del Mundial, la liberación de los periodistas rusos encarcelados.
"Por supuesto que ciertos regímenes pueden aprovechar la organización de estos eventos como impulso para maximizar su imagen en el exterior. También podríamos hablar de Catar, resulta que ahora nos hemos dado cuenta de que en Catar hace mucho calor", ironizó el experto.
Que gobiernos dudosamente democráticos organicen este tipo de acontecimientos se explica, argumenta el historiador, porque "al final, los dueños de estos megaeventos son unos señores que forman parte de la FIFA; esto no lo votan los ciudadanos, entran en juego elementos económicos, diplomáticos y políticos".
"En el caso de la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos de 1972, el Ministerio de Asuntos Exteriores se dirige a todos los embajadores españoles donde residen los miembros del Comité Olímpico Internacional pidiendo por carta que intenten convencerles para que apoyen la candidatura, aunque recuerde que eso no es legal", reveló.
"Los derechos humanos, la FIFA los ha valorado como algo no relevante para llevar su producto allí", dijo.
Una de las ideas compartidas por los conferenciantes en el coloquio fue que los distintos organizadores siempre han querido ofrecer una imagen idílica del país frente a determinados elementos negativos.
"Desde mi casa, como telespectador, lo que veo es la imagen de unos Juegos Olímpicos, un Mundial en el que todo es felicidad, con grandes estadios, un gran evento deportivo", lo que, en opinión del profesor, puede ayudar a esconder una realidad incómoda más profunda.
Simón Sanjurjo se mostró convencido de que el Mundial de 1982 fue beneficioso para España y se llevó a cabo con éxito, a pesar del mal resultado de la selección nacional.
En cuanto a si para España sería positivo la organización de un nuevo campeonato mundial, Simón Sanjurjo opinó que dependería de la inteligencia política de los gobernantes el explicar a la sociedad los motivos para organizar un evento de estas características, ya que, advirtió, este tipo de eventos no tienen por qué ser rentables.