La historia del fútbol está llena de errores groseros. Algunos de ellos han costado mundiales o eurocopas. Otros, simplemente han quedado en el olvido porque sus protagonistas han sabido levantarse o no fueron decisivos. España sabe de esto: El de Arconada en la Final de la Euro del 84 es el más recordado. No le va a la zaga el de Zubizarreta contra Nigeria en el 98 o el de Molina en Holanda en el año 2000. Ahora, De Gea ha entrado en esa historia.
El vestuario ha cerrado filas en torno al meta del United, mientras que Hierro ya dejaba claro al término del partido contra Portugal que "nosotros no dejamos tirado a nadie de nuestra familia", lo que demuestra las intenciones iniciales del técnico malagueño. El propio De Gea era muy claro valorando su error después del partido admitiendo que "esto puede pasar, los que nos ponemos los guantes sabemos que esto puede pasar y ahora hay que levantarse" a pesar de que el debate se ha instalado en el entorno de la selección.
Hierro, como les pasó a otros seleccionadores en ocasiones anteriores, tendrá que poner sobre la mesa los galones de De Gea contra su actual estado de forma, esperar su reacción y decidir si el futbolista está en condiciones de seguir ocupando el marco español en todos momento porque el problema va más allá del tanto encajado ante Portugal. Preocuparon las dudas que mostró a partir de entonces y no se han olvidado tampoco el fallo cometido contra Argentina en marzo o el de Villarreal ante Suiza hace apenas unos días.
En 1998, Zubizarreta siguió jugando después del fallo ante Nigeria aunque España no pasó la fase de grupos. Y en el 2000, Camacho se vio obligado a dejar fuera a Molina porque el entonces guardameta del Deportivo no dio un paso adelante y le tocó jugar a Cañizares. La diferencia entre ambos fue la actitud, que el primero dio el paso adelante y el segundo no. Ahora le toca decidir a Hierro, que espera una reacción positiva de De Gea. Esperan su oportunidad Kepa y Reina.