Después de dos amistosos con dudas ofensivas, con una diana por cada choque frente a Suiza y Túnez, las dos pruebas previas al estreno de este viernes, en medio del debate de si hay gol o no en el equipo nacional, el duelo contra el combinado luso rearmó al conjunto español en ese sentido para futuros desafíos en Rusia.
España intentó trece disparos sobre la portería contraria; dos bloqueados por su adversario, cinco sin la precisión de encontrar los tres palos, tres con el éxito del gol, uno de Isco Alarcón repelido por el larguero -luego botó sobre la línea- y uno de Iago Aspas y otro de Jordi Alba a los que se cruzó Rui Patricio.
Diego Costa marcó dos goles en tres disparos; Nacho Fernández uno en su único intento, una volea precisa y rotunda que batió al guardameta luso para el 2-3 en el marcador en el minuto 58. El resto se los repartieron, además de los citados Isco, Aspas y Alba, entre Sergio Busquets, Andrés Iniesta y David Silva, este último con tres remates que no tomaron portería durante los 90 minutos del choque.
España también fue el dueño de la posesión, una de sus señas de identidad, con un 61 por ciento del dominio de la pelota por el 39 de su adversario, para un total de 36 minutos del encuentro con el balón propiedad de los jugadores entrenados por Fernando Hierro, según las estadísticas de la FIFA del duelo del viernes en Sochi.
Su volumen de control de la pelota se repartió en un 18 por ciento en el tercio cercano a su portería, un 63 por ciento en el medio del campo y un 19 por ciento en el tercio final hacia el marco contrario, con más presencia por la banda izquierda, con un 9 por ciento, que por la derecha, con un 6, y por el medio, un 4.
España también fue mejor en el pase que Portugal, por cantidad y calidad. Mientras su rival hizo 366 entregas, de las que acertó en 320, él buscó 727 envíos de los que conectó con éxito un 93 por ciento (677), en un duelo en el que los datos de kilómetros recorridos están parejos: 102,93 de España por 102,49 de Portugal.