El exfutbolista y ahora directivo compareció ante la prensa concentrada en la ciudad de Sochi para negar de manera enfática las conjeturas que plantean una división de la plantilla entre los jugadores experimentados y las nuevas figuras.
Admitió sí que los consagrados tuvieron en las últimas horas una prolongada reunión en el cuartel general de Vatutinki, a 35 kilómetros de Moscú, que luego se extendió al resto de la plantilla de 23 componentes para analizar lo sucedido en la derrota ante México el 17 de junio en Moscú.
"Hubo debates y cada uno sabe la responsabilidad que tiene. Hay cierta tranquilidad y somos conscientes de nuestras propias fortalezas", manifestó.
Lamentó que el segundo partido del actual campeón del mundo, este sábado contra Suecia, en Sochi, tenga todas las características de una final para Alemania, por la urgencia de ganar para recuperar opciones de avanzar a los octavos de final.
"Es una lástima que lleguemos tan pronto a una instancia de decisión pero nos toca manejar esta situación y para ello tenemos que ordenar nuestras capacidades", explicó.
Al término de la primera jornada del Grupo F Suecia y México lideran con sendas victorias por la mínima sobre República de Corea y Alemania, respectivamente.
El partido de la segunda fecha para Bierhoff será "durísimo" porque, a su juicio, "Suecia intentará cerrarlo para anticipar su clasificación", lo que significaría la eliminación precoz de los campeones de Brasil 2014.
"Vamos a tener que tener paciencia para evitar sorpresas", advirtió.
El partido con México, que ha puesto a Alemania en entredicho, lo atribuyó Bierhoff a que el rival norteamericano los "sorprendió con un planteamiento de juego inesperado".
Pero negó tajantemente que los jugadores que dirige Joachim Löw lo hubieran encarado con desdén o menosprecio, como se ha sugerido en algunos sectores.
No obstante, admitió que "faltó agresividad", por lo que el enfoque tiene que cambiar en el partido del sábado contra Suecia.
Bierhoff se mostró molesto ante las preguntas sobre el futuro del proceso liderado por Joachim Löw en caso de que se diera este sábado el peor de los escenarios para la 'Mannschaft'.
Tras afirmar una y otra vez que no entendía tal planteamiento se preguntó: ¿Acaso ya no somos campeones del mundo?".
"Desde 2010 vamos viento en popa, no entiendo que ahora, por un partido, el proceso se encuentre a la deriva", expresó.
El director deportivo consideró positivo el cambio de aires para el equipo al abandonar Vatutinki, en las afueras de Moscú, por Sochi.
El calor, la proximidad al mar Negro y un periodo de ambientación mayor ayudarán al nuevo enfoque que debe dar la delegación, aunque subrayó que en su cuartel general, tienen las comodidades plenas para garantizar concentración.