Moscú, 21 jun .- La selección portuguesa salió del estadio Luzhniki con la sensación de haber cumplido la misión de acercarse a los octavos del Mundial, pero, también, con la certeza de que necesitan mejorar en la vertiente creativa.
Los rostros de los pupilos de Fernando Santos reflejaban alivio, satisfacción y una ligera preocupación. Habían sufrido tremendamente ante Marruecos, que había sido en el cómputo general superior. Pero una vez más, como le ocurrió en la Eurocopa 2016, en la que alcanzaron la gloria, sacaron el resultado adelante.
Y lo hicieron con la pegada de Cristiano Ronaldo. El capitán, el líder, de las 'quinas' se encuentra en estado de gracia. También con las intervenciones salvadoras de Rui Patricio. Actuación determinante. E igualmente con el máximo esfuerzo defensivo de todo el bloque.
Cristiano Ronaldo volvió a abrir el partido en los compases iniciales, esta vez con un cercano remate de cabeza. Es el cuarto jugador de la historia que consigue marcar más de una vez en los primeros cinco minutos, algo que hasta ahora tan solo habían hecho el argentino Gabriel Batistuta, el holandés Johan Neeskens y el brasileño Vava.
Otro récord que añadir a su larga lista de marcas. El delantero del Real Madrid, al que la afición marroquí trató de desestabilizar coreando el nombre de Leo Messi, sigue siendo uno de los grandes reyes de Rusia 2016.
Rui Patricio, que encaraba este encuentro tras solucionar su futuro al fichar por el Wolverhampton de Nuno, se agigantó bajo los palos tanto como todo el equipo se afanó en tratar de contener los furibundos ataques de una gran Marruecos al que solamente le faltó el remate.
Lo positivo, obviamente, fue el resultado y el paso dado hacia octavos, que ahora deberán refrendar el próximo lunes en Saransk ante la Irán del exseleccionador luso Carlos Queiroz, que también se juega la continuidad en el torneo.
Lo negativo es, como reconocieron los jugadores al acabar el partido, que necesitan mejorar con el balón en los pies, pasar a controlar los partidos y a ser los que lleven la iniciativa y las riendas.
Fernando Santos tiene hombres de gran calidad y manejo suficientes como para que Portugal no se vea sometida. Uno de estos 'artistas', Bernardo Silva, era claro en este sentido. El jugador del Manchester City expresó la necesidad de mejorar sobre todo con el balón.
En los dos primeros partidos ante España y ante Marruecos las estadísticas son concluyentes y en la mayor parte de los capítulos el cuadro luso sale perdiendo. Puede ser preocupante, pero hasta cierto punto. Con estas señas de identidad, escaso fútbol, eficacia en ataque y sobriedad defensiva, Portugal ganó la Eurocopa.
Si ante España cedió claramente la posesión del balón (38-62%), ante Marruecos también la perdió (47-53% al final, con picos mucho más altos para los 'leones del Atlas').
Resulta curioso que un equipo que dispone para la creación de hombres como Joao Moutinho, Bernardo Silva, Gonçalo Guedes, Adrien Silva, William Carvalho o Bruno Fernandes tan solo diera 366 pases contra España (la Roja sumó 677) y 387 frente a Marruecos, que repartió también más envíos (466).
En cuanto a disparos Portugal 'perdió' ante España 8-12 y contra Marruecos por 10-16, así que su gran virtud ofensiva es la eficacia, la pegada de su capitán, Cristiano Ronaldo. "Si tenemos al mejor jugador del mundo por qué no vamos a aprovecharlo", bromeaba Bernardo Silva en medio de un discurso reflexivo y cargado de mensaje futbolístico en el que incidía en la necesidad de mejora.
Ha sacado más rendimiento que sus rivales a menos disparos totales y menos a puerta: 8-12 y 3-5 ante España; y 10-16 y 2-4 en el segundo partido.
Sea como fuere, el caso es que Portugal estrenó el casillero de victorias y se situó en disposición de encarar la última jornada dependiendo de sí mismo, pero lo mismo le ocurre a su rival, Irán, y a España, que se medirá a Marruecos, ya eliminada.
Los tres echan cuentas y analizan las diferentes opciones que hay ante una última jornada del grupo B plena de emociones e incertidumbre. Hasta podría tener que recurrirse al juego limpio.