En una declaración difundida por la página oficial de la FIFA, el técnico insiste en que más allá de cualquier sentimiento, será el fútbol el único juez que determine el resultado de un encuentro que "será muy especial"
"Es el más interesante e importante en mis siete años al frente de la selección de Irán", afirmó.
"Como entrenador portugués esta es un oportunidad y un momento especial, tanto para mí como para los jugadores. Pero al final será el fútbol el que decida quien gana y quien es el mejor sobre el terreno de juego", agregó.
Ambas selecciones saltarán al terreno de juego dependiendo de sí mismos, con opciones de clasificación, logro que sería histórico en el caso de los iraníes, y que supondría un fracaso de dimensiones similares para los lusos si caen derrotados.
A lo dramático del encuentro se suma la anécdota que podría ser un portugués el que pusiera fin a las ilusiones del grupo que lidera Cristiano Ronaldo.
Y es que Queiroz se sumará a una lista de "duelos fratricidas" desde los banquillos que inauguró el húngaro Nagy, quien dirigía a Suecia en el Mundial de 1938 organizado en Francia y ganado por la Italia de Silvio Piola
Suecia, que quedó cuarta, y Hungría, segunda, se enfrentaron en el Parque de los Príncipes en semifinales en un encuentro en el que los magiares vencieron de forma contundente (5-1).
En tiempos más cercanos, los aficionados recordarán casos como el del exdelantero alemán Juergen Klinsmann, quien se enfrentó a su país y a su colega Joachim Low en el Mundial de Brasil 2014, en una contienda en la que los norteamericanos complicaron la vida a los futuros campeones.
La palma se la lleva sin embargo el sueco Steven Goran-Eriksson, único entrenador que ha competido en dos ocasiones contra la selección de su propio país.
Fue en los mundiales de Corea-Japón 2002 y de Alemania 2006, en los que ocupó el banquillo a Inglaterra. Ambos encuentros se libraron en el marco de la fase de grupos, y el resultado fue de empate en los dos.
Ese mismo año, en Alemania, la leyenda brasileña Zico se llevó un revolcón de la "canarinha", que derrotó a Japón por un contundente 4-1.
Estadísticas que, de tenerlas en cuenta, no pintan un panorama demasiado optimista para Queiroz y las aspiraciones de Irán en Sochi: solo cinco técnicos han logrado doblegar a sus compatriotas en un Mundial.
Uno de los casos más recordado es el del francés Bruno Metsu, que en 2002 batió desde el banquillo de Senegal a la entonces defensora del título, Francia, con un gol de Papa Bouba Diop en un choque para la historia del emergente fútbol africano.