Es Noticia

"El primero lo marcó con la mano,pero el segundo valió por dos" (Robson,1986

Nizhny Novgorov (Rusia), 27 jun .- El Mundial de México 1986 quedó marcado por un partido, el Inglaterra-Argentina de cuartos de final, y por un gol, el de Diego Armando Maradona, el mejor tanto de la historia de la Copa del Mundo con un significado especial para una nación que encumbró a un ídolo que jamás se bajó del pedestal después de su proeza.

Sin duda, aquel Mundial fue el de Maradona. Igual que el Mundial de Suecia 1958 fue el de Pelé, el de 1986 fue el que hizo pasar a la historia a un futbolista que paró el reloj un caluroso 22 de junio en el Estadio Azteca de la Ciudad de México ante 114.580 aficionados.

Cuando "El Pelusa" agarró la pelota en su campo en el minuto 55, después de un pase del exjugador de River Héctor Enrique, nadie esperaba lo que iba a suceder en los siguientes 10 segundos en los que Maradona recorrió exactamente 51,7 metros, dio 12 toques a la pelota y se deshizo de seis futbolistas para marcar el 2-0.

Maradona recogió ese pase de Enrique de espaldas, se dio la vuelta para deshacerse de dos defensores: Peter Beardsley y Peter Raid. Después, en su primer arranque, Kenny Sansom inició un leve seguimiento sin ejercer una presión asfixiante.

La siguiente fase de la jugada está marcada por un cambio de ritmo impresionante. Reid siguió al astro argentino sin poder alcanzarle y, ya en las inmediaciones del área, Terry Fenwick fue burlado con un corte hacia el centro. Su compañero Terry Butcher cogió el relevo por la derecha y fue el último en intentar arrebatar la pelota a Maradona tras el quiebro al portero Peter Shilton.

Gary Stevens fue el último que luchó por evitar que la pelota reposara en la red de la portería inglesa, pero tampoco fue capaz.

Y, como invitados de la jugada, los argentinos Jorge Valdano y Jorge Burruchaga, fueron testigos en primera fila del que después fue denominado como "El Gol del Siglo".

Ese fue el guión de una película de ciencia ficción hecho realidad. El mundo enloqueció. Maradona dejó su legado después de quedarse fuera de la lista del otro Mundial que ganó Argentina, el que se disputó en su país en 1978.

Y también después de su primera participación, en España 1982, un torneo en el que su selección naufragó en la fase previa a la final con marcajes personalizados míticos como el del italiano Claudio Gentile, que anuló con dureza y contundencia a Maradona en el estadio de Sarriá.

Pero hasta ese 22 de junio de 1986 en el que Maradona inscribió su nombre en la historia de los Mundiales para siempre, pasaron muchas cosas. Aquel Inglaterra-Argentina no era un partido cualquiera. La Guerra de las Malvinas, que enfrentó a ambos países entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, aún estaba en el recuerdo.

EL FÚTBOL Y LA GUERRA DE LAS MALVINAS

Esa guerra absurda que costó la vida a 746 soldados argentinos y a 255 británicos tuvo cierta presencia en aquel partido de cuartos de final del Mundial de México. Para Argentina, podía ser una pequeña venganza.

En 1978, el Mundial fue utilizado por el régimen de Videla para publicitar sus bondades y, cuatro años después, en plena crisis económica con una inflación disparada, hambre y ausencia de puestos de trabajo, la dictadura, que en esos momentos dirigía Leopoldo Galtieri, necesitaba desviar la atención de lo que le ocurría en el país sudamericano. Impulsó un sentimiento nacionalista del pueblo con la invasión de las Islas Malvinas en una operación de antemano perdida. Gran Bretaña, con todo su arsenal, tardó apenas dos meses en recuperar el terreno perdido.

Por eso, Inglaterra figuraba en el Mundial de México como el gran enemigo a batir. Y, la oportunidad, llegó en el Estadio Azteca cuatro años después.

LA MANO DE DIOS ABRE LA BARAJA EN MEDIO DE LA DUREZA

Argentina llegó a los cuartos de final después empatar en la fase de grupos contra Italia y de ganar a Corea del Sur y a Bulgaria. En octavos se deshizo de Uruguay con un tanto de Pedro Pasculli y se encontró con Inglaterra. Los británicos fueron segundos del grupo F por detrás de Marruecos tras perder con Portugal 1-0, empatar 0-0 con los africanos y ganar 3-0 a Polonia.

Paraguay fue la víctima inglesa en octavos después de caer 3-0 de forma contundente. Gary Lineker, con cinco dianas en los cuatro partidos, era el hombre más inquietante para Argentina, que clamaba venganza por Las Malvinas.

El encuentro comenzó con dureza. Mucha agresividad con patadas tremendas de Brown, de Batista, de Fenwick a Maradona o de Butcher bajo un sol de justicia a las 12 del mediodía. Al descanso, se llegó 0-0.

Entonces, a los seis minutos de la reanudación, llegó el primer instante del partido para enmarcar en una fotografía: Maradona se elevó en el aire para intentar cabecear un balón dividido con Shilton que golpeó con la mano con claridad para hacer el 1-0.

El árbitro no vio la acción ilegal y la "mano de Dios" se encargó de poner por delante al cuadro albiceleste.

¿DE QUÉ PLANETA VINISTE?

Pero Maradona aún tenía reservado para los ingleses otra humillación. Esta vez legal. Un monumento al fútbol para contrarrestar la primera afrenta ilegal a los ingleses. Un tanto para la historia que narró Víctor Hugo Morales con una emoción que también pasó a la posteridad:

"Enrique engancha, la va a tocar para Diego, ahí la tiene Maradona, lo marcan dos, pisa la pelota Maradona, arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, deja el tendal y va a tocar para Burruchaga... ¡Siempre Maradona! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio!

Ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta... Gooooool... Gooooool... ¡Quiero llorar!

¡Dios Santo, viva el fútbol! ¡Golaaazooo! ¡Diegoooool! ¡Maradona! Es para llorar, perdónenme..."

"Maradona, en recorrida memorable, en la jugada de todos los tiempos... Barrilete cósmico... ¿De qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés, para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina? Argentina 2, Inglaterra 0. Diegol, Diegol, Diego Armando Maradona... Gracias, Dios, por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas, por este Argentina 2, Inglaterra 0".

La locura de Víctor Hugo Morales expresaba con nítida claridad lo que significaba ese tanto.

Inglaterra intentó reaccionar, pero el daño ya estaba hecho. Aunque Lineker redujo distancias en el minuto 81, Argentina consiguió el pase a las semifinales. Maradona, con dos goles, despachó a Bélgica. Y después, en la final, Alemania perdió 3-2 y el cuadro albiceleste levantó su segunda Copa del Mundo.

Después del partido contra Inglaterra, su entrenador, Bobby Robson, tuvo la elegancia de reconocer el valor de la gesta de Maradona con una frase para la historia: "Está bien, el primero lo marcó con la mano, pero el segundo valió por dos".

Así, con picardía, y con un tanto monumental y con el reconocimiento de Robson, Maradona alcanzó la cima de su carrera para ponerse a la altura de genios como Pelé.

Recursos de archivo en www.lafototeca.com. Cód: 5208777

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar