La expedición nipona emprendió rumbo a Rostov del Don, escenario del choque que se disputará el lunes con la supervivencia en la competición como objetivo.
A modo de despedida, la delegación de los samuráis azules efectuó una sesión durante casi dos horas. Antes los jugadores y el técnico Akira Nishino estuvieron a disposición de los medios.
El preparador, bajo sospecha en los últimos días por la estrategia que ordenó a sus jugadores en el último cuarto de hora del partido ante Polonia y que justificó, apuntala, sobre todo, la cuestión física de sus futbolistas. Un aspecto que considera relevante para mantener el tipo ante el conjunto belga, al que reconoce mejor físicamente.
Japón ve su oportunidad en la velocidad. Y en eso, y en los disparos a puerta, acentuó la sesión Nishino, que ha dado otro aire al equipo desde que hace dos meses se hizo cargo del equipo en sustitución del bosnio Vahid Halilhodzic.
Tiene Nishino a todos sus jugadores disponibles. Incluso el tono físico del goleador Shinji Okazaki ha mejorado y puede repetir titularidad ante Bélgica. El atacante del Leicester, que llegó con una dolencia en el gemelo derecho que estuvo a punto de dejarle fuera de Rusia 2018, se ha recuperado. Nishino le ha dado minutos poco a poco y contra Polonia ya salió de titular.
El técnico duda si apostar por Okazaki o mantener a Yuya Osako. El atacante del Werder Bremen lideró la delantera nipona en los dos primeros partidos de la fase de grupos con un buen rendimiento.
El resto lo tiene definido el seleccionador consciente de que acude con menor presión que su rival a la cita de Rostov pero con la posibilidad de conseguir un hecho sin precedentes y llevar a cuartos a su selección.
Japón se asentará en Rostov desde la tarde del sábado y tiene previsto realizar una última sesión sobre el terreno de juego el domingo, en el recinto, el Rostov Arena.