Crónica de una muerte anunciada

Se acabó el Mundial de Rusia para España de la peor manera posible: perdiendo contra un mal equipo, con deshonor, humillada y golpeada. La realidad de esta selección es que no es un equipo serio. El portero no lo es, ni la pareja Ramos-Piqué, ni Hierro como seleccionador. Toca buscar culpables de un ridículo histórico que va a tener un recorrido enorme y que será recordado como el final de una generación. Iniesta, Piqué y Reina ya no volverán a un Mundial. Ramos y Silva van muy justos por edad, Busquets se cansará algún día...

Todo empezó con la traición de Lopetegui. Los oportunistas saldrán para decir que debió seguir, pero no es así. Para mi, lo ocurrido hace que la traición sea mayor. Dejó un vestuario viciado e incontrolable, a la Federación con el culo al aire y a Hierro 'enmaronado'. La verdad de esto es que los futbolistas se han comportado como el estudiante vago que no hace los deberes hasta el último minuto. La 'Academia' del Krasnodar ha sido jauja, el trabajo escaso y la seriedad no ha existido. Sólo apretaron en el último momento, cuando ya no tenían piernas, cuando el Mundial ya no era un logro alcanzable porque de no haber sido Rusia, habría sido cualquier otra selección.

Ahora toca regenerar el equipo. La Nations League es, más que un caramelo, otro marrón que debe servir para comenzar el cambio. Rubiales habla de modernizar la Federación, y seguro que hace falta, pero antes hay que arreglar lo deportivo. No hay entrenador y los jugadores marcan los tiempos. Eso no puede ser. O de verdad se ponen serios o esto seguirá siendo un cachondeo.