Cuando Danijel Subasic culminó la gesta de detener tres penaltis a Dinamarca, rápidamente levantó su casaca para mostrar una camiseta con la foto de una persona muy importante en su vida que seguramente ayudó al meta del Mónaco a adivinar la trayectoria de unos lanzamientos vitales para Croacia.
Ese no era otro que Hrvoje Custic, uno de los mejores amigos de Subasic y que apareció impreso vestido de futbolista sobre el fondo blanco de la elástica del portero balcánico con un mensaje y una cifra: "Forever" (siempre) 24".
Esa número es la edad con la que Custic murió de forma trágica tras chocar contra un muro cercano a la banda mientras peleaba un balón con un contrario durante un partido de la Primera División croata con el NK Zadar.
Desde el 29 marzo de 2008, cuando aquella tragedia golpeó a Custic, Subasic nunca ha olvidado a su gran amigo y siempre lleva una camiseta en su recuerdo cuando juega sus partidos. Ambos eran compañeros en el NK Zadar y el guardameta balcánico tuvo que ver aquel día cómo llevaban a Custic al hospital entre convulsiones y con el cráneo destrozado.
Subasic siempre ha tenido presente aquella desgracia y, como hizo Andrés Iniesta con Dani Jarque en la final del Mundial de Sudáfrica 2010 en uno de los momentos cumbre de su carrera, se acordó de su amigo y enseñó al mundo cómo el valor de la amistad puede mover montañas.
"Siempre estará conmigo, no sólo en la camiseta, también en el corazón", declaró a los medios de comunicación después de completar una gesta que sólo consiguió en Alemania 2006 el guardameta Ricardo Pereira.
Subasic emuló al portugués doce años después de que éste detuviera tres penaltis en una tanda de cuartos de final a los ingleses Frank Lampard, Steven Gerrard y Jamie Carragher. Las víctimas del portero croata fueron Christian Eriksen, Nicolai Jorgensen y Lasse Schöne.
Los tres se encontraron con un muro que anuló las grandísimas paradas de Kasper Schmeichel, que estaba destinado a ser el héroe del partido después de detener un penalti a Luka Modric al final de la segunda parte de la prórroga y de sacar otros dos a Milan Badelj y a Josip Pivaric en la tanda decisiva.
El hijo del mítico Peter Schmeichel, presente en la grada del Nizhny Novgorod Stadium, provocó que su padre diera saltos de alegría hasta en tres ocasiones durante un final de partido emocionante que acabó en tragedia para los daneses.
Esos penaltis fueron muy crueles para aquellos que estudiaron sus lanzamientos en la víspera del duelo. Modric, por ejemplo, reconoció haber estudiado la misma mañana del partido cómo los paraba Schmeichel. Vio muchos vídeos del portero danés y después falló. "No volveré a hacer eso nunca más", declaró tras el choque.
Por otro lado, Age Hareide, seleccionador de Dinamarca, reconoció que Eriksen, Schone y Jorgensen, los tres que fallaron desde los once metros, ensayaron penaltis en el último entrenamiento previo al trascendental partido ante Croacia. "Claro, es diferente, no hay presión. En un partido no es igual", afirmó.
El caso es que los que más trabajaron la suerte de los penaltis fueron los que después, en algún momento del partido, fallaron alguno. De ellos, Modric tuvo los arrestos de atreverse a lanzar otro después de errar en la prórroga. Lo metió, pero Schmeichel estuvo a punto de volver a bloquearlo.
En ese momento, y no sólo en los penaltis que paró Subasic, seguro que Hrvoje Custic ayudó al mago croata. Modric, gracias a su compañero y a la colaboración de su amigo impreso en una camiseta, consiguió seguir su aventura en un Mundial que probablemente será el último que dispute.
"Los penaltis son una lotería y esta noche la suerte estuvo de nuestro lado. Estoy contento de haber contribuido a la victoria y a que la gente esté feliz".
Las palabras del portero balcánico, pero sobre todo su gesto, seguro que alegraron a la familia de Custic, que, allá donde esté, fue el ángel del guardameta del Mónaco, de Modric y de Croacia. Todos tienen una vida extra en Rusia, la que él perdió por culpa de un maldito muro y de un accidente desgraciado que nunca olvidó un hombre: Danijel Subasic.