A Adenor Leonardo Bacchi, 'Tite', el seleccionador de Brasil, no le gustan los penaltis. No cree que los lanzamientos desde los once metros, que decidieron tres de los ocho enfrentamientos de octavos de final, sean la forma correcta de definir una eliminatoria en una Copa del Mundo.
Tite guarda un infausto recuerdo de las penas máximas, pues perdió hace 30 años la final de Campeonato Paulista de esta forma.
Cuando apuraba en el Guaraní los últimos años de una carrera que terminó de forma prematura por las lesiones, el ahora técnico de la 'canarinha' fue derrotado en la final del torneo en el que participan los equipos del Estado de Sao Paulo desde el punto fatídico por el todopoderoso Corinthians.
"Tirar un penalti es muy duro. Un partido o una eliminatoria no debería decidirse por penaltis; no creo que eso sea un resultado normal", aseguró el seleccionador en la rueda de prensa previa al duelo de cuartos de final de la Copa del Mundo 2018 frente a Bélgica.
"No sé qué otro sistema sugerir, pero no me gusta el que hay ahora. Habría que pensar en otro nuevo. Sin embargo, hay que practicar los penaltis, que tienen un dosis de suerte pero están también asociados al control y a la técnica. Estamos aprendiendo a controlar nuestras emociones. Lanzar un penalti en un Mundial es una responsabilidad enorme", explicó Tite.
Tres de los ocho partidos de los octavos de final en Rusia se decidieron desde los lanzamientos de penalti: el anfitrión superó contra todo pronóstico a España (4-3), Croacia pudo con Dinamarca y las heroicidades de Kasper Schmeichel (3-2) e Inglaterra rompió una funesta racha de 22 años sin ganar una tanda al imponerse a Colombia (4-3).